Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), pertenecientes a la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, han procedido a la imputación de cuatro personas, una de ellas de Badajoz, por su implicación en una red dedicada al tráfico de especies animales que se ha saldado con la recuperación de cinco lobos (canis lupus), y un lince rojo americano (felis rufa). 

Los agentes del Seprona llevaron a cabo un servicio el pasado mes de enero en la población de Palos de la Frontera (Huelva) en el que fueron recuperados un lobo, un hurón y un harrier, se tuvo constancia, tras analizar la documentación que se intervino, de la posible existencia de una red de ámbito nacional dedicada al tráfico de especies animales.

Con los indicios obtenidos se articuló la denominada operación 'Wild Life', que se ha mantenido durante más de tres meses, en estrecha coordinación con los equipos del Seprona de las provincias de Granada, Málaga, Guadalajara y Oviedo.

Así, una vez reunidos los principales datos de la investigación llevada a cabo, la operación ha concluido con la recuperación de cinco lobos (canis lupus), y un lince rojo americano (felis rufa). Además, se ha imputado a dos personas, una en Badajoz y la otra en Granada, como presuntos autores de los delitos de tráfico de especies y de falsedad documental, debido esto último a la posible manipulación de los certificados veterinarios y CITES.

También se ha imputado a otras dos personas, esta vez en las provincias de Málaga y de Sevilla, por un delito de tráfico de especies. Finalmente, en el transcurso de la investigación, los agentes del Seprona esclarecieron otro delito de falsedad de un certificado CITES, cometido en la provincia de Almería.

Los imputados contactaban entre sí a través de foros de Internet, que se hallaban insertos en páginas web especializadas y también de correo electrónico, enviándose los animales con los que comerciaban a través de empresas de paquetería. Los pagos se realizaban mediante transferencias bancarias o por giros postales, ascendiendo los mismos a cantidades que oscilaban entre los 600 y los 1000 euros. Uno de los lobos intervenidos había sido enviado a su comprador como "un perro pastor alemán cruzado con pastor belga".