La Planta Intermedia para la transformación, recogida y transporte de animales muertos en Extremadura, en Montijo, se ha inaugurado oficialmente con la presencia de las autoridades regionales. La planta la ha construido la empresa pública Tragsa, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino y se han invertido 3.284.730 euros.

El centro cuenta con una nave para descargar en dos camiones de gran tonelaje, un centro de desinfección de vehículos con tres túneles de lavado, báscula,  laboratorios, oficinas, almacén, aseos, comedor y un área de aparcamientos. Todo estas instalaciones están en una superficie de 1,7 Has.

La actividad de la planta y los trabajos de recogida suponen la creación de 45 empleos directos (entre veterinarios, ingenieros, auxiliares administrativos, conductores, capataces y peones, entre otros),  sin contar con otros 16 conductores de empresas auxiliares y adscritas directamente al Grupo Tragsa.

En materia de recursos materiales, dispone de una infraestructura especializada de  12 vehículos de transporte, almacenes, centros de lavado y desinfección de vehículos, oficinas.

Debido a la extensión de las explotaciones ganaderas, la diversidad orográfica  y la vasta geografía de la región, el Gobierno de España inicio en 2005 la construcción de una planta intermediaria para la transferencia de los animales en la localidad de Montijo. De esta manera la planta sirve de punto de destino a los camiones que recogen en gran parte de la provincia de Badajoz y sur de Cáceres para su traslado a Almaraz, y se reducen costes en el servicio.

Tragsa realiza este servicio desde 2002, cuando se  cambio la normativa en materia de seguridad alimentaria a raíz del la enfermedad  de Encefalopatía Espongiforme Bovina. En esas fechas las Administraciones pusieron en marcha una línea de seguros para la retirada y destrucción de animales de las fincas ganaderas a través de Agroseguros quién contrato a la empresa Tragsa.

El grupo se encarga de la recogida de los animales que mueren en las explotaciones ganaderas y de su transporte hasta la planta de incineración ubicada en la localidad de Almaraz. Durante el pasado año se retiraron más 12 millones de kilos de animales de varias especies.

Los trabajos incluyen la recepción de los avisos por parte de los ganaderos, la organización de rutas de recogida de los cadáveres de los animales, la gestión de la documentación oficial que asegure la trazabilidad en todo momento, el traslado de los animales en vehículos herméticos, y la transformación de los animales muertos, y sus subproductos y posterior tratamiento.