La consejera de Cultura y Turismo, Manuela Holgado, ha presentado en la Biblioteca de Extremadura de Badajoz, la nueva donación de una joya bibliográfica realizada a la Comunidad Autónoma, en este caso un ejemplar de la primera edición americana del Quijote, que ha sido donada por el arqueólogo y bibliófilo Roberto Junco Sánchez, al que la consejera ha agradecido su gesto.

En concreto, Roberto Junco ha donado a la biblioteca extremeña una edición de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra, primera edición mexicana, conforme a la de la Real Academia Española, hecha en Madrid en 1782, en la que además del análisis de dicha Academia, se han añadido las notas críticas y curiosas del señor Pellicer, con hermosas láminas.

Además también se han recibido otras dos primeras ediciones: Los libros de beneficios de Lvcio Anneo Seneca, traducidos por el Licenciado Pedro Fernández Navarrete, editado en Madrid en 1629; y el Ensayo cronológico para la historia general de la Florida, escrito por don Gabriel de Cárdenas, y editado en Madrid en 1722.

La titular de Cultura y Turismo ha señalado que la red creada por la Biblioteca de Extremadura para buscar obras de autores extremeños en el exilio por todo el mundo, hizo que Roberto Junco entrara en contacto con la entidad extremeña y decidiera realizar esta donación, ya que, según consta en una carta remitida al director de la Biblioteca, Justo Vila, había tenido información de la importancia de esta institución por las joyas bibliográficas que atesora.

La consejera ha recordado que a principios de este año, otro bibliófilo, Fernando Serrano Mangas, cedió a la Biblioteca un ejemplar de del Romancero del Mio Cid, fechado en 1605, y ha indicado que esta nueva donación supondrá una continuación del crecimiento de Extremadura desde el punto de vista bibliográfico y sitúa a la región como punto de referencia nacional e internacional de los estudios bibliográficos.

Manuela Holgado ha resaltado en su intervención que un ciudadano mexicano haya optado por nuestra Comunidad Autónoma como sede en la que acoger varias joyas, demuestra la fama que la región ha obtenido en el campo de la cultura.

La consejera ha indicado que hechos como este "van a ayudar a democratizar la cultura y facilitar el acceso de la ciudadanía a la cultura en su conjunto", y ha destacado que la llegada de los cinco volúmenes del Quijote impreso en México es extraordinario, dada la rareza de los mismos.

En concreto, ha explicado que, mientras que existen 18 ejemplares de la primera edición del Quijote, de la edición americana solo existían hasta ahora seis ejemplares, al que se une el donado hoy a Extremadura.

En concreto, los ejemplares conocidos hasta ahora se ubican por todo el mundo: dos en la Biblioteca Nacional de México; uno en la Biblioteca del Congreso de EEUU; uno en la Biblioteca de la Universidad de Columbia; uno en la Biblioteca Nacional de España; uno en la Biblioteca Central de la Diputación de Barcelona; y a partir de ahora, uno en la Biblioteca de Extremadura.

La primera parte de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha se publicó en Madrid en la Imprenta de Juan de la Cuesta en 1605, y no tardó en convertirse en una de los hitos de la literatura universal. Diez años después, en 1615, de los talleres de Juan de la Cuesta, salió a la luz la segunda parte.

Varias ediciones españolas cruzaron desde el siglo XVII en respuesta al interés de Ámerica por esta obra. Así, en 1833 en los Talleres de Mariano Arévalo en Ciudad de México, se imprimieron los cinco tomos de esta primer edición hispanoamericana, de la que a partir de hoy contaremos con un ejemplar en Extremadura.

Además del análisis de la Academia y las notas críticas y curiosas de Juan Antonio Pellicer, bibliotecario real, la primera edición americana del Quijote contiene 20 grabados en cobre.
El primero es copia del retrato de Cervantes que aparece en la segunda edición de la Real Academia, Madrid 1782, que dibujó Antonio Carnicero. El segundo grabado es copia de otro de la edición que hizo Gabriel Sancha, en Madrid, 1787. Los dieciocho restantes son los grabados de la edición del Quijote, en castellano, hecha por Bossange y Masson, impresa en París en 1814.