La Fiscalía de Madrid ha rebajado de 16 a 13 años y medio de cárcel su solicitud de condena para un acusado de asfixiar hasta la muerte a su mujer, con respecto a quien tenía una orden de alejamiento por malos tratos, en la localidad cacereña de Valencia de Alcántara.

  

José María G. B., de 62 años, se ha sentado en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Madrid por un delito de homicidio y quebrantamiento de condena. Tras un pacto previo con la defensa del acusado, éste se ha limitado a reconocer los hechos que se le imputan, según informa Europa Press.

   En sus conclusiones, la Abogacía del Estado se ha adherido a la petición de la fiscal, mientras que la defensa ha reclamado que se le condene a diez años por homicidio, con la agravante de parentesco y la atenuante de trastorno mental transitorio.

   Los hechos se remontan al 10 de abril de 2009, cuando José María G. B. se encontraba con su mujer en una vivienda en las cercanías de Valencia de Alcántara (Cáceres), localidad donde habían ido a visitar a un pariente enfermo. Sobre las 4,00 horas, en el dormitorio se inició una discusión entre ellos por el deseo de la víctima de regresar a Madrid, elevándose el tono progresivamente y mediando entre ellos expresiones altisonantes.

   En un momento de la discusión el procesado propinó una fuerte bofetada en la cara a su mujer, cayendo ésta al suelo. Una vez allí, se abalanzó sobre ella con el ánimo de acabar con su vida. Le apretó el cuello y la asfixió provocándole la muerte.

   En el juicio, han comparecido los hijos que tenían en común el matrimonio, los cuales se han manifestados contrarios a que se imponga a su padre una orden de alejamiento respecto a ellos.

"TOTALMENTE IDO"

   "Estaba totalmente ido antes de los hechos. No tenía la cabeza en su sitio. Ahora, está bien y se puede mantener una conversación normal con él", ha apuntado uno de sus hijos, quien ha indicado que acude normalmente con sus hijos a visitar a su padre al centro penitenciario.

   Asimismo, la hija de la víctima ha relatado que su madre la llamaba para contarle los malos tratos que sufría por parte del procesado. "Fueron veinte años de malos tratos, incluidas agresiones e insultos", ha manifestado la mujer.

   Tras el crimen, el encausado intentó acabar con su vida por diversos métodos, pero no lo logró. Fue detenido horas después y desde entonces permanece en prisión provisional.

   Por su parte, los médicos forenses han relatado que el procesado tenía la voluntad parcialmente afectada el día de los hechos al presentar un trastorno en el estado de ánimo que le provocaba angustia, lo que pudo llevarle a cometer el crimen.