La histórica villa de Granadilla ha recuperado este año la tranquilidad perdida en la cita anual del Día de Todos Los Santos con sus difuntos gracias a la prohibición efectuada hace unos meses por el subdelegado del Gobierno para prohibir la venta ambulante en cualquiera de sus formas, así como el establecimiento de comidas o bebidas. La orden de la subdelegación contemplaba además la prohibición de encender fuego y la utilización de megafonía e instalación de chiringuitos y equipos de música a las afueras de la localidad, declarada conjunto histórico-artístico en 1980.

Hace unos meses, el subdelegado del Gobierno en Cáceres, Fernando Solís, mantuvo una reunión en Zarza de Granadilla con su alcalde, el jefe del Área de Recursos Patrimoniales del Ministerio de Medio Ambiente, ambos con competencias en la adscripción y propiedad del término municipal de la ahora llamada "Finca Granadilla", y responsables de la Guardia Civil de la zona, en la cual se ordenó poner fin a los chiringuitos y equipos de música que invadían la zona de respeto del conjunto histórico-artístico y en base a lo preceptuado en la Ley del Patrimonio Natural y de la  Biodiversidad.

El centenar de hijos de Granadilla  que se acercaron a la localidad para visitar a sus difuntos y participar en la tradicional misa que se viene celebrando desde hace más de veinte años, ha manifestado su satisfacción por la medida tomada, han sido muchos los visitantes que se han acercado a la villa para pasar el día en sus inmediaciones.

Durante la misa, el oficiante, Gregorio Martín Miguel, se ha referido al significado de la fiesta, ha recordado a los oriundos del pueblo fallecidos durante al año último y ha finalizado diciendo que "la experiencia de Granadilla fue también la de Extremadura", en alusión al exilio forzoso del pueblo.

Al término de la misa, el presidente de la Asociación de Hijos de Granadilla se ha rogado para sí y la asociación que preside poner fin "al vejamen que suponía para los ascendientes de Granadilla el Día de Todos los Santos en la villa perdida, por la turbamulta que lo invadía, y ha subrayado que quienes deseen ser enterrados en su tierra pueden hacerlo poniéndose al habla con el Ayuntamiento de Zarza de Granadilla".