Una multitud de personas de toda la comarca de Sierra de San Pedro despidió ayer tarde al alcalde de Carbajo, Manuel Bravo Morán, y a su esposa, Amalia Vivas, fallecidos el miércoles en accidente de circulación ocurrido en el puente de Los Molinos, situado en la N-521, en el término municipal de Salorino, cuando se dirigían de regreso a su pueblo.

Al oficio fúnebre celebrado en la parroquia de El Salvador, oficiado por el obispo de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, amigo personal de la familia desde la estancia del fallecido en Valladolid, ha acudido, junto a su familia y la corporación municipal, los secretarios general y provincial del PSOE, Guillermo Fernández Vara y Juan Ramón Ferreira, así como miembros de las ejecutivas regional y provincial del partido.

Sobre las cinco de la tarde, los féretros fueron trasladados desde el Salón de Usos Múltiples de la localidad, donde se instaló la capilla ardiente, a la iglesia parroquial, tras llegar a primeras horas de la tarde desde el cementerio de Valencia de Alcántara, una vez realizada la autopsia, y ser velados durante la noche por sus familiares y amigos en el tanatorio de la vecina localidad.

El obispo Francisco Cerro, que presidió el oficio fúnebre, acompañado por cinco sacerdotes, recordó la amistad que le unía a la familia desde su estancia en Valladolid; se refirió a que "la muerte no es el final del camino" y aludió al "testimonio de  buenas personas" de los fallecidos y aseveró, asimismo, que "vale la pena vivir haciendo el bien".

El prelado subrayó también en su oración fúnebre la creencia cristiana en la esperanza y en la vida eterna y la importancia de haber vivido "haciendo el bien".

Tras las peticiones por los familiares y el consuelo cristiano para la familia, el obispo dio personalmente la paz y la comunión a los familiares, mientras el pueblo entonaba el cántico "Tú has venido a la orilla". En el último adiós a los fallecidos, el obispo bendijo los féretros con agua bendita  y los incensó.

Antes de concluir el oficio fúnebre, el primer teniente de alcalde de la localidad, Francisco García, visiblemente emocionado, recordó que la corporación había decretado tres días de luto por el fallecimiento de su alcalde y esposa y aludió a los esfuerzos del alcalde por su pueblo, palabras que fueron aplaudidas por los asistentes. Por último, el obispo ofreció su bendición tras desear el descanso eterno de los fallecidos.