La Sinagoga de Alcántara acoge, como actividad paralela del Festival de Teatro Clásico, una exposición que analiza la repercusión social y económica de la presa ‘Jose María Oriol', conocida popularmente como la presa de Alcántara, en la provincia cacereña. Sin la presa, seguramente, hoy no se hubiera conservado el Puente Romano.

El colectivo alcantarino Rosalázaro ha reunido, cuarenta años después de la inauguración de la presa, fotografías, documentos y otros importantes elementos que muestran como la comarca pasó de depender del arado a la turbina.

Fotografías, enseres, perióidcos, análisis, documentos, planos, y otros muchos materiales son los que el colectivo Rosalázaro ha reunido en la Sinagoga de Alcántara para tratar de explicar el proceso de construcción de la presa de Alcántara y su importante repercusión socioeconómica en toda la provincia cacereña.

Historia

Los primeros equipos de Hidroeléctrica Española llegados a la localidad se encontraron con un pueblo eminentemente rural. En Alcántara existían grandes latifundios de los que dependían laboralmente buena parte de los vecinos por esta causa el inicio de la construcción de la Presa supuso para ellos el paso de una economía agraria a otra de tipo industrial.

Las dimensiones constructivas exigían mucha mano de obra que fue contratada en el pueblo de Alcántara y su comarca, también atrajo a muchos trabajadores de toda España y del extranjero (italianos, portugueses, alemanes, suecos, canadienses, etc.) Se estima en 6.000 hombres la máxima punta de empleo durante la obra. Estos obreros acompañados, en su mayoría, por sus familias, causaron un gran desajuste demográfico en muy poco tiempo en nuestro pueblo.

La construcción de la Presa supuso una transformación económica y social desconocida hasta entonces y se inició un flujo de dinero considerable que repercutió en la mejora del pueblo y en la vida de sus habitantes. En definitiva, se pasó del arado a la turbina.

Características generales

La Presa José María de Oriol es uno de los mayores embalses de Europa, con 3.162 Hm3 y ocupa una extensión de 11.000 hectáreas con una longitud de más de 956 kilómetros. Su coste fue de 10.000 millones de pesetas. El Salto, que nació con el nombre de Alcántara, por petición del este Ayuntamiento recibió, por orden del 27 de octubre de 1.970 el de José María de Oriol.

De gravedad aligerada, con una altura máxima de 130 m. y 570 m. de longitud de coronación, está formada por 19 elementos independientes de 22 m. de ancho cada uno. Es una presa de perfil triangular.

La Presa y el Puente Romano

A causa de las obras y al quedar el cauce del río Tajo completamente seco, se vieron, por primera vez, las cimentaciones de los pilares del puente, apreciándose que el paso de las aguas y del tiempo habían excavado la roca debajo del cimiento de la pila central por lo que los ingenieros de Hidroeléctrica Española consolidaron con un anillo de hormigón el basamento de esta pila.

Los ingenieros se quedaron asombrados de la pericia de los ingenieros romanos. No es extrañar que el traslado de las turbinas desde Francia hasta Alcántara siguiera un itinerario que cruzara por puentes romanos.

Inauguración 

El 7 de julio de 1.970, Francisco Franco Jefe del Estado, inauguró oficialmente el Salto de Alcántara. En este evento estuvieron entre otros  Don José María de Oriol y Urquijo, los ministros de Trabajo, Industria, Obras Públicas, Agricultura y otras ilustres personalidades que visitaron el interior de las instalaciones de la presa y pudieron apreciar el exterior desde un Mirador construido en la margen derecha del río.