El traslado de los bueyes desde la finca hasta Coria ha finalizado este mediodía con tan sólo dos manos de los cuatro que se habían previsto y que han llegado al centro de la ciudad. Las otras dos reses se han quedado en la finca de salida, en las traseras de la fábrica de Cetarsa.

El tradicional encierro de los mansos a caballo ha dado trabajo a los caballistas, ya que según indicó Ángel Recuero, aunque los bueyes son mansos, no estaban acostumbrados a los caballos, lo que provocó que nada más comenzar el recorrido se dieran la vuelta hacia la finca. El festejo ha contado con casi un centenar de caballistas de la Asociación de Amigos del Caballo La Morenita de Coria y de otras asociaciones y colectivos de la comarca que se han dado cita esta mañana a primera hora para participar en un desayuno de convivencia.

Tras el retroceso de los bueyes, los jinetes finalmente han conseguido guiar a los animales por el antiguo camino de Casas de Don Gómez y finalizar en los corrales de Coria. Los dos astados restantes ha sido necesario trasladarlos posteriormente en un camión hasta la ciudad.