El vehículo oficial del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, fue sorprendido el pasado lunes por un radar camuflado de la Guardia Civil cuando circulaba por la autovía de Extremadura a 180 kilómetros por hora, 60 kilómetros más de lo permitido. Sin embargo, el conductor del coche no recibió sanción alguna.

Según la información difundida por El Confidencial Autonómico, el coche del dirigente socialista fue detenido por la Guardia Civil cuando conducía a 180 kilómetros por hora y pese a la actitud temeraria del conductor, no se redactó multa alguna. Guillermo Fernández Vara regresaba el lunes a Extremadura después de haber intervenido por la mañana en el Senado.

Los hechos ocurrieron en la Nacional V, a la altura de Santa Cruz de la Sierra (Cáceres). El coche del dirigente autonómico fue interceptado circulando a 60 kilómetros por encima de los permitidos por un radar móvil, instalado en uno de los vehículos camuflados de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Cáceres. Los agentes de la Benemérita siguieron al automóvil con exceso de velocidad y ordenaron su detención al conductor. Finalmente, el coche oficial pudo reanudar la marcha sin recibir ningún tipo de penalización por parte de la Benemérita.

Carmen Pereira Santana, Delegada del Gobierno en Extremadura, ha confirmado la noticia y ha reconocido que la Guardia Civil detuvo a un coche oficial de Guillermo Fernández Vara, presidente de la región, cuando conducía a 180 kilómetros por hora. La administración se ha visto obligada a dar una versión oficial de los hechos.

Según la Delegada del Gobierno, agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Cáceres detuvieron a uno de los coches que escoltaban al dirigente autonómico, "aunque no en el que él viajaba". Sin embargo, las declaraciones de Pereira han quedado en entredicho ya que el propio Guillermo Fernández Vara ha confirmado que fue el coche en el que él iba el que fue parado por los agentes del Instituto Armado.

Desde la Junta de Extremadura señalan: "el que iba a más velocidad de la permitida es uno de los escoltas del presidente, por lo que toda la responsabilidad cae sobre él".

Fuentes de la Benemérita consultadas por este confidencial califican de "estratégica" la posición del Gobierno autonómico sobre este asunto: "Todos los escoltas de líderes políticos son Guardias Civiles, y la Junta pretende aparentar que los agentes no pusieron multa el lunes por compadreo. Además, señalando directamente al escolta, evitan una sanción a la Administración".