La Confederación Española de Policía en Extremadura denuncia la falta de respuesta de Delegación del Gobierno y de los máximos responsables de la Jefatura Superior de Policía en la región sobre falta de medios materiales existentes en todas las comisarías extremeñas y que dificultan sobremanera el trabajo de los Funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, según asegura este colectivo en una nota de prensa.

 

La situación, a juicio de este sindicato, es muy grave ya que se ha llegado a un punto en el que son los propios policías los que tienen que costearse de su bolsillo muchos de los instrumentos básicos para su trabajo ya que el Ministerio del Interior no facilita la equipación completa, y cuando lo hace, el material es de tan mala calidad que es inutilizable.

 

Es habitual que los funcionarios tengan que comprarse guantes antipinchazos y anticortes (entre 41 y 45 euros), navaja multiusos (26 euros), rescatador rompe lunas (16 euros), cinturón doble para llevar la pistola y los grilletes (entre 30 y 45 euros), funda del arma con doble seguro (70 euros), botas (100 euros) o el chaleco antibalas (650 euros). Un factura que en algunos casos llega a los 1.400 euros que salen del bolsillo del policía.

 

Otra de las carencias más importantes a las que tienen que hacer frente  los agentes extremeños es a la falta de pistolas nuevas. Desde hace nueve años deberían portar un modelo de arma corta concreto (HK USP) que todavía no se han entregado al 75 por ciento de la plantilla; en algunos casos por que no hay  y en otros porque se han guardado en un cajón por la falta de fundas. Lo peor, que hay muchos funcionarios que llevan pistolas que todavía tienen impreso el escudo inconstitucional del águila de Franco. Para colmo, a  esto hay que sumarle que no pueden hacer prácticas por falta de balas.

 

La CEP no va a tolerar que se siga produciendo también un déficit y un deterioro de los escudos empelados en el mantenimiento del orden público, de los equipos de telecomunicaciones portátiles, de las taquillas, linternas, o la falta de protecciones integrales, guantes especiales, botas  altas, que mitigue las lesiones ante una caída para los funcionarios de las unidades motorizadas como asi lo exigen los protocolos de seguridad y salud laboral policial.

 

Unas necesidades que también sufren desde su creación la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) que carece de uniformidad adecuada además de equipación material conveniente para realizar su función, como chalecos antitraumas.

 

Por último, desde la CEP muestran preocupación por la falta de vehículos tanto camuflados como de patrulla y por la falta de presupuesto para arreglarlos cuando se estropean. Toda reparación que supere los 150 euros no se hace