Los campamentos de refugiados saharahuis cuentan con unos 300 huertos familiares surgidos tras el proyecto de la Junta de Extremadura de instalar en Dajla, el campamento más alejado de Tindouf, un proyecto de producción de hortalizas.

  

Estos huertos familiares están organizados a modo de pequeñas cooperativas constituidas por entre ocho y diez personas que utilizan unos 80 metros cuadrados de tierra de la que la población saharaui obtiene producciones para su autoconsumo, fundamentalmente, según informa Europam Press.

El técnico de la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural Julio Pérez explicó este jueves, en las I Jornadas Internacionales de Cooperación 'Soberanía Alimentaria y Pequeños Agricultores', que el proyecto de huerto instalado en Dajla, conocido como el huerto de Extremadura, hizo que la población tuviese la conciencia de que en un "trocito del desierto, con un poco de agua y una mínima tierra" se obtenía unas producciones "aceptables", aspecto este que favoreció la instalación de estos pequeños huertos familiares, junto a los mayores de Smara y de Hussein Tamek.

 La idea de trabajar en la instalación de huertos surgió con el objetivo de poder ofrecer a la población refugiada saharaui un complemento fresco a las legumbres que reciben de la ayuda humanitaria, además de dar una ocupación a los habitantes de los diferentes campamentos y formar a saharauis que posteriormente pudieran formar a otros más.

En la actualidad, en los diferentes huertos se cultivan cebollas, calabacines, zanahorias, remolacha, nabo, melón o tomate, también se introdujo en 2003 el cultivo de espinacas y acelgas, aunque los técnicos responsables observaron que estos productos no eran consumidos por los refugiados.

El riego de estos cultivos se produce mediante riego por goteo y en 2003 se instala el primer invernadero, momento en el que se observa que la producción bajo plástico aumenta las producciones y se protegen los cultivos del viento y otros agentes.

Los técnicos de la Junta de Extremadura, según explicó Pérez, han desarrollado una serie de actividades complementarias a la instalación de los primeros huertos consistentes en formación a la población en general, no solo al personal encargado de los huertos principales, en técnicas de riego; en manejo de maquinaria y fitosanitarios.

BASES DE ÉXITO

Pérez resaltó que la base del éxito del proyecto extremeño de huertos, que es "modelo" en los campamentos, reside en el enfoque "correcto" que se realizó de los condicionantes naturales; en que también se aprendió de los errores iniciales fruto del seguimiento que se realiza desde España; a la realización de proyectos técnicos previos a la ejecución de las obras; a la coordinación y al entendimiento con las autoridades locales; y a la confianza en la población saharaui, de la que destacó que ha "ido por delante en ganas de trabajar".

Así consideró "importante" dar oportunidades porque para los refugiados saharauis es un "orgullo" poder demostrar sus conocimientos.

EL PAPEL "ESTRATÉGICO" DEL COOPERATIVISMO EN LA LUCHA CONTRA LA POBREZA

 Por su parte, el vicepresidente de Cepes Andalucía, Francisco Moreno, en su intervención, destacó el papel "estratégico" que juega el cooperativismo y la economía social en la lucha contra la pobreza y en la importancia de proporcionar en aquellos lugares más desfavorecidos "otra forma de empresa".

Por este motivo, entiende que la capacitación y la formación de las personas en el territorio en cuestión es fundamental para cumplir este objetivo. "La pobreza y el hambre no se combate dando dinero puntual sino formando y capacitando", aseguró.

Moreno, durante su intervención en la mesa de experiencias de proyectos de cooperación en la que también se abordó el proyecto Sahara, y el proyecto Nicaragua, de Aupex; dio a conocer la iniciativa desarrollada por Cepes Andalucía en Centro América y mediante la que se quiere fortalecer la capacidad asociativa y empresarial en el ámbito de la economía social, y fomentar diferentes fórmulas de economía social en colectivos como las mujeres, juventud y población indígena.

El director de la Asociación de Universidades Populares de Extremadura (Aupex), José María Rodríguez, también dio a conocer el modelo que Aupex desarrolla en Nicaragua y que se asienta en el déficit social, en el tecnológico y en el institucional del país.

En base a estos déficit, Aupex establece como objetivos estratégicos el apoyo a la cooperación desde un concepto de economía eficiente, ecológicamente equilibrado y socialmente justo; combinando crecimiento económico con desarrollo social y construcción de la democracia.

También busca la canalización y optimización de los recursos para agilizar la capacitación, formación y participación de los diferentes sectores; apoyar el proceso de transformación económica, organizativa, social y productiva del sector agropecuario; contribuir a la formación y capacitación municipal sobre técnicas vinculadas al desarrollo; además de acercar la realidad de Nicaragua a la población extremeña y viceversa, estableciendo "puentes de encuentro y diálogo".

Para acometer los objetivos anteriores, junto a otros, Aupex, en colaboración con la Diputación de Badajoz y la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional, ha puesto en marcha el Centro de Capacitación e Investigación para el Desarrollo (Cecade) que en 2009 ha concluido su proceso de construcción y está ubicado a 19 kilómetros de Managua.

El Cecade intervendrá en el marco educativo, en el marco del desarrollo humano y en el marco tecnológico.