La sequía estacional podría multiplicar el número de aves migratorias acuáticas que acuden en invierno a Extremadura, según las estimaciones de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente, que señala que la región "soporta el peso de la invernada de las acuáticas" en años secos por la influencia de los embalses.

  

La jefa de sección de Vida Silvestre de la Junta, María Jesús Palacios, explicó a Europa Press que las aves vienen atraídas por la costa interior extremeña que, al ser de origen artificial, mantiene las masas de agua y proporcionan refugio a las migratorias.

Palacios destacó que Extremadura es un lugar "idóneo" para pasar los inviernos secos y, en caso de que no haya precipitaciones y bajen las temperaturas, el número de ejemplares aumentará de manera considerable, como ocurrió en 1993, 2003 y 2005, con un censo de 212.079, 221.629 y 199.667 ejemplares, respectivamente. En contra, en 2006, coincidiendo con unas condiciones climáticas "muy húmedas", el número de aves de la región fue de 122.130 ejemplares.

 Por ello, se espera una llegada "masiva" de aves acuáticas al embalse de La Alqueva, el lago artificial más grande de Europa, en caso de que las previsiones climáticas se cumplan, apostilló la experta.

La estimación de los ejemplares que llegan a España todos los años desde el norte de Europa es similar, de modo que Extremadura albergaría a las poblaciones que, tradicionalmente, permanecen en los espacios húmedos de origen natural de la Península Ibérica que, por la sequía, desaparecen o se reducen de manera considerable.

Al respecto, Palacios explicó que, aunque la capacidad de los embalses y pantanos extremeños también disminuye en situaciones de sequía, estos espacios "siempre" conservan colas de agua "idóneas" para la hibernación y la alimentación de especies de alto valor ecológico, como las barnaclas.

Según explicó, "fue una sorpresa" para los ornitólogos que, por ejemplo, en el embalse de Sierra Brava, en el término municipal de Zorita (Cáceres), se concentrara en 2005 la "mayor concentración de aves acuáticas a nivel ibérico y del sur de Europa", con un censo de más de 100.000 acuáticas. Coincidiendo con la sequía de ese año, apuntó, "Extremadura soportó ese año el peso de la invernada de las acuáticas".

MAYOR CENSO DE AVES DE LA UE

El embalse de Alqueva, explicó, podría registrar esta temporada unos de los principales censos de acuáticas a nivel comunitario, teniendo en cuenta que tiene "bastantes" colas de embalses, es una zona tranquila y presenta muchos cultivos de cereal cercanos.

También se estima que las aves acudirían, de manera "masiva", a los embalses de Cubilar, Ruecas, Gargáligas, Alange, Canchales, Borbollón y Sierra Brava.

No obstante, con independencia de las condiciones climáticas, entre 100.000 y 150.000 acuáticas se concentran todos los inviernos en Extremadura, repartidas por 42.000 Kilómetros en función de la disponibilidad de alimento y la tranquilidad de las zonas.

José Antonio Masero, profesor de la Facultad de Zoología de la Universidad de Extremadura (UEx), destacó que la falta de precipitaciones puede reducir "de manera considerable" los alimentos de las aves, lo que tendrá consecuencias "muy negativas" y reduciría el éxito en la reproducción de las aves.

Según dijo, la ausencia de agua puede hacer que, por ejemplo, la mayoría de la superficie de los campos de arroz, donde permanecen los granos después de la campaña, se seque, provocando "una incidencia directa en especies de importancia internacional".

En situaciones de sequía, los espacios húmedos desaparecen de todas las comunidades, de modo que, aunque haya espacios acuáticos por los embalses, la falta de recursos "tróficos" perjudicaría a especies de alto valor ecológico, como la aguja colinegra y las grullas, junto a numerosas especies de anátidas, el ánade rabudo y el pato cuchara.

EFECTOS EN LA REPRODUCCIÓN

Respecto a los efectos de la sequía en la reproducción, señaló que la ausencia de precipitaciones hará desaparecer las islas de los embalses, las principales áreas de reproducción para las aves, de manera que los espacios clásicos de reproducción "podrían estar en peligro".

Para el delegado de la Sociedad Española de Ornitología (Seo/Birdlife) en Extremadura, Marcelino Cardalliaguet, la falta de éxito reproductor, sumada a una mortalidad excesiva de adultos, favorecerá la presencia de "nuevas especies en peligro de extinción".

Cardalliaguet señaló que, por ejemplo, los ejemplares de simón común se han reducido en un 70 por ciento en Extremadura, entre otros factores, por los periodos cíclicos de sequía registrados. Otras especies sensibles serían el friso y el somormujo, según informa Europa Press. 

También defendió que las especies que se pueden ver "gravemente afectadas" no son las acuáticas, sino las de secano, debido a que habitan en los hábitat de pastizal, donde se ha detectado una "disminución radical" de los pollos que sobreviven y donde los efectos de la sequía "comienzan a ser muy agresivos".

El responsable de la SEO solicitó a la Junta de Extremadura que realice este año "un especial esfuerzo" en el censo de aves acuáticas, debido a que los efectos de la sequía "se desconocen".

En su opinión, sería necesario diseñar planes de emergencia frente a futuras sequías, teniendo en cuenta que las zonas húmedas extremeñas soportan, junto al río Ebro y el Parque Nacional de Doñana, la mayoría del peso de aves migratorias del territorio nacional. Se trata, dijo, de "una responsabilidad continental".