Hasta 110.000 extremeños (de ellos 68.700 de Badajoz) con dermatitis atópica se enfrentan al otoño, la época más dura para esta inflamación crónica de la piel, y que es la estación en la que se produce el mayor número de consultas médicas a causa de los brotes.

Así lo indicó en nota de prensa la Asociación de Familiares y Pacientes de Dermatitis Atópica (ADEA), que apuntó que en España, entre el 5 y el 10 por ciento de la población sufre esta enfermedad crónica que produce un intenso picor y lesiones en la piel, y añadió que los pacientes con esta dolencia cutánea pierden un promedio de tres días laborales o escolares al año debido al eczema y su sueño se ve alterado una media de 49 noches al año.

   Para abordar estas cuestiones, ADEA impartirá charlas-coloquios con especialistas en 10 ciudades españolas, una de las cuales se celebrará hoy a las 18,30 horas en el Colegio Oficial de Médicos de Extremadura, en Badajoz.

   La asociación apuntó también que la dermatitis atópica no se manifiesta por igual en todas las edades. De hecho, es la enfermedad crónica de la piel más frecuente en los niños, ya que la sufren un 18 por ciento de los menores de dos años. Lo que conlleva que el 20 por ciento de las consultas de dermatología pediátrica se corresponden con esta enfermedad.

   Asimismo, apuntó que al llegar a la adolescencia, dos de cada tres niños dejan de tener brotes, mientras que sólo uno de cada cinco enfermos son adultos; y añadió que actualmente no existe una cura definitiva para la DA, aunque sí existen tratamientos para controlar los síntomas.

PREVENCIÓN

   ADEA recordó que la dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica que cursa en brotes, y que surge porque el sistema inmunitario del paciente responde de forma exagerada a los estímulos externos, ya sean sudoración, sustancias irritantes o gérmenes.

   El principal síntoma durante los brotes que padecen los enfermos es un intenso picor que lleva al paciente a rascarse, lo que provoca lesiones en forma de placas rojas. También es frecuente el enrojecimiento local de la piel, hinchazón y calor.

   Tras la remisión del brote y una vez tratada la inflamación visible, las zonas de piel afectadas del paciente tienen una apariencia externa normal. Sin embargo, bajo la piel de dichas zonas, y desde el punto de vista inmunológico, sigue  persistiendo una inflamación subclínica que a la larga propicia la aparición de nuevos brotes de la enfermedad ante la presencia de cualquier desencadenante.

   Ante esta realidad, existe la posibilidad de tratar el brote, pero además existe la posibilidad actualmente de prevenir, reducir y espaciar los brotes de dermatitis atópica, abordando la enfermedad desde la perspectiva del control a largo plazo de la inflamación subclínica.

   En este sentido, el doctor Francisco Peral Rubio, dermatólogo del Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz, explica que "es importante intentar prevenir los brotes, para lo cual hay que iniciar el tratamiento antes de que comience el brote".  

   Sin embargo, la realidad es que, según explica José Diniz Almeida, secretario general de ADEA, "como todas las enfermedades crónicas, en las que no peligra la vida, puede haber una cierta relajación en los hábitos" de los pacientes en los períodos en los que no sufren brotes.

   Entre los errores más frecuentes de enfermos y familiares se encuentra la idea, muy extendida, de que las cremas hidratantes sirven para paliar los síntomas cuando se manifiesta la enfermedad. "La crema hidratante sólo sirve para tratar la sequedad de la piel", advierte el doctor Peral Rubio, "incluso no debe ser utilizada sobre las lesiones activas de la enfermedad, porque puede empeorarlas".