La seca de la encina se extiende por 400 focos diferentes en Extremadura, según el censo del Instituto del Corcho y la Madera (IPROCOR), que advierte de que la enfermedad, que ha aumentado durante este verano, está relacionada directamente con el hongo invasor "fitoftora", procedente de Australia, y puede tener efectos negativos en la producción del corcho y el cerdo ibérico.

El técnico de IPROCOR, Enrique Cardillo,  explicó, en declaraciones a Europa Press Televisión, que las investigaciones han demostrado que la "fitoftora" está presente en los focos de seca de la encina entre un 30 y un 80 por ciento de los casos, aunque también influyen otros fenómenos como la ausencia de precipitaciones.

   Según Cardillo, el hongo afecta de "manera masiva" a las raíces más finas de árboles y arbustos como alcornoques, robles, jaras y brezos hasta provocar su debilitamiento y su muerte.

   Hasta el momento, se ha extendido por toda Europa y representa un riesgo "elevado" en el suroeste peninsular, debido a que las masas forestales en suelos silíceos son más vulnerables, algo que puede tener "graves" consecuencias en la producción del corcho y el cerdo ibérico, que se alimenta de bellotas.

BASE LA ECONOMÍA RURAL DE EXTREMADURA

   Ambos elementos, son la base de la economía rural de Extremadura, donde la mayoría de personas viven en núcleos de población de menos de 10.000 habitantes, y las labores en la dehesa son esenciales.

   Los focos se extienden por toda la comunidad, con más de 1,5 millones de hectáreas de dehesas, y las mayores concentraciones se encuentran en la Ribera del Tajo, Sierra de San Pedro, Valle del Ambroz, Campo Arañuelo, Comarca de las Villuercas, Vegas del Guadiana y Dehesa Suroeste.

   Cardillo destacó que la quema y las labores de desbroce en árboles no solucionan el problema, debido a que el patógeno se encuentra en el suelo y las raíces del "frente activo" de los árboles, compuesto por los tallos del subsuelo por los que el árbol continúa creciendo.

   Cuando el microorganismo, perteneciente al grupo biológico de las algas, llega a las raíces en condiciones de calor y humedad, los elementos arbóreos más finos, destinados a recoger el agua y los nutrientes del suelo, se secan de manera progresiva.

LA FIOFTERA SE ENTIENDE

   En la actualidad investigadores de los laboratorios de IPROCOR analizan en Mérida los efectos de este componente y han podido determinar que la "fitoftora" se extiende en ambientes cálidos y en elevadas condiciones de humedad.

   Este es el caso de la dehesa 'Moheda Alta' de Navalvillar de Pela, que se encuentra junto a un regadío de arroz y los efectos de la seca del encinar han sido "muy graves", según explicó el técnico forestal de la localidad, Francisco Javier Galiano.

   Galiano señaló que en seis años se han secado más de 400 árboles en este entorno, que acoge en invierno una de las mayores concentraciones de grullas comunes. Con la reducción de encinas y de bellotas el número de grullas en la Comunidad Autónoma, que llega a ser de hasta 70.000 ejemplares, se reducirá.

   Los análisis determinan que el proceso de propagación del microorganismo se produce a partir del movimiento de partículas, que pueden viajar en las pezuñas del ganado, botas, ruedas de vehículos y maquinaria pesada.

   Para reducir los riesgos de propagación, Cardillo aconseja delimitar el terreno con señalizaciones y evitar el tránsito de animales y del laboreo, sobre todo son el suelo húmedo o encharcado.

   El único tratamiento directo conocido hasta ahora es la aplicación de ácido fósforo y componentes de cal en los pies menos afectados, aunque una dosis excesiva puede quemarlos.