Los olivareros del norte de Cáceres afrontan una de las campañas más difíciles de los últimos años por varios motivos, a pesar de que los árboles están cargados de frutos y hace unos meses se preveía una cosecha récord. La situación es que la climatología y la sequía ha alterado esta previsión y ha provocado que parte de la producción no pueda ir destinada para la aceituna de mesa porque no presentan las mejores condiciones, según indicó Casto Prieto, presidente de Acenorca, la cooperativa aceitunera del norte de Cáceres.

A pesar de esta circunstancia, la calidad del fruto es buena, aunque de la previsión de producción de 60 millones de kilos, un 30% no podrá destinarse a la aceituna de mesa e irá destinada a almazara. Prieto también se refirió a los bajos precios por falta de compradores, aunque matizó que de producirse algunas lluvias en estos primeros días de octubre, la aceituna más tardía aún podría recuperarse.

Otro de los factores que ha influido en la situación de incertidumbre del sector es la quiebra de varias industrias en el norte cacereño, a lo que se suma las graves heladas de hace dos años, así como la sequía que se viene arrastrando en los últimos años y que se ha agravado recientemente.