Una representación de las mejores artesanas del bolillo llegadas de diferentes localidades extremeñas y de varias comunidades autónomas de España se darán cita el próximo 12 de septiembre en el municipio pacense de Hinojosa del Valle en el I Encuentro Nacional de Encaje de Bolillos.

   La cita, que organiza el ayuntamiento en colaboración con la Asociación de Bolilleras y la Diputación de Badajoz a través del Área de Igualdad y Desarrollo Local y el Patronato de Turismo, reunirá a unas 250 artesanas que realizarán y expondrán sus labores en uno de los encuentros de artesanía más importantes de la región.

   El alcalde de Hinojosa, Juan Durán, considera el evento como "un impulso" a la artesanía local pero a la vez "arraigada en muchos pueblos de Extremadura", informó la Diputación de Badajoz en nota de prensa.

   El encaje de bolillos de Hinojosa del Valle es, según el edil, tanto por su "peculiaridad" como por su "exclusividad" una de las muestras tradicionales artesanas más arraigadas de la región.

   Allí acudirán participantes de Casas de Reina, Calamonte, Talayuela, Puebla de la Calzada, Mérida, Cáceres, Villafranca de los Barros, Hornachos, Ribera del Fresno, Zafra e Hinojosa del Valle, además de contar con bolilleras de las provincias de León, Sevilla (Mairena de Aljarafe), Huelva y Galicia.

   Según la historia de Hinojosa -localidad que apenas rebasa los 600 habitantes-, el encaje de bolillos data de la segunda mitad del siglo XIX. Fue doña Concha Sánchez Arjona, señora adinerada que pasaba largas temporadas en el pueblo, la que fundó la tradición como pilar básico de la artesanía local.

   Las primeras labores de bolillo datan de 1920 y se fueron extendiendo por otras poblaciones cercanas durante los años 40 del pasado siglo. Estudios rigurosos sobre la artesanía del bolillo en España aportan el dato de que el llamado popularmente "encaje brujo" se dio a conocer en la segunda mitad del siglo XIX en Sevilla.

   Estos encajes se extendieron a la zona extremeña de Hinojosa del Valle, donde se llegó a montar un taller y se convirtió en un medio de vida. Los encajes que producían se vendían a tiendas de Madrid y Barcelona, y aunque decayó en los años 60 nunca se acabó de perder la técnica.

   En Extremadura adquirió su propia terminología y los puntos utlizados recibieron nombres como serpentina, lleruza, zurcido, medio punto, piñón y tul. Considerados exquisitos, los encajes de Hinojosa se realizan con hilos finos de algodón, y como trabajos de cierta trascendencia se encuentran un mantel elaborado para la recepción del presidente Kennedy encargado por la casa "Reina Elisenda", o un velo negro adquirido por Carmen Polo de Franco. Algunos ejemplos de piezas realizadas en Hinojosa se pueden ver en museos madrileños de artesanía.

   La presidenta de la Asociación de Bolilleras de Hinojosa del Valle, María Sayavera, reconoce el auge de la labor de bolillos, artesanía a la que se están incorporando mujeres jóvenes de la localidad.

   Los trabajos -explica- se realizan con hilos muy finos que tienen un buen enganche, de ese modo confeccionamos manteles, juegos de sábanas, chales y pañuelos de novia, pero también pulseras, gargantillas, pamelas y hasta flores. El bolillo, sotiene, es también una técnica de relajación que desarrollan en un salón cedido por el ayuntamiento. Actualmente 43 mujeres pertenecen a la Asociación de Bolilleras de Hinojosa.

   Como proyecto inminente para el próximo año, Juan Durán desvela la creación de un museo artesanal dedicado al bolillo que contará con una tienda para adquirir labores realizadas por la asociación.