El Plan especial de conservación de especies forestales, puesto en marcha por la Junta de Extremadura, ha logrado producir con éxito el tejo, una especie catalogada en ‘Peligro de extinción' en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Extremadura.

Tras varios años de trabajo, el vivero de Rueda Chica (Pueblonuevo del Guadiana), en el que se llevan a cabo los ensayos, cuenta ya con 2.000 individuos que servirán para reforzar la población existente en el norte de la provincia de Cáceres.

El tejo, con tan solo 240 ejemplares localizados, es una de las especies más amenazadas en Extremadura, con severas dificultades para la regeneración natural debido a la gran dispersión de los individuos aislados, machos y hembras en zonas muy distantes, y a la dificultad de germinación de sus semillas, lo que aboca a la especie a su extinción.

El Plan especial de recuperación de la especie, iniciado en 2004, ha consistido en una primera fase en la recolección y reproducción, tanto sexual como vegetativa, del material genético recogido en las distintas poblaciones localizadas en la región. Posteriormente, los técnicos han ensayado diversos medios de cultivo y la multiplicación por estaquillas, cuyos resultados pueden considerarse un éxito.

Además, se han creado bancos clonales de plantas madre para la obtención de plantones que servirán para recolonizar las sierras norteñas de Cáceres.

Con esta misma técnica de estaquilla también se realizan ensayos para la producción de otras especies protegidas, incluidas en el Catálogo de Especies Amenazadas, y con especial dificultad para la germinación y el enraizamiento (mostazo, abedules, acebos, enebro, loros y arces).

El árbol del cáncer
El tejo es una de las escasas coníferas autóctonas de Extremadura. Puede alcanzar los 10 a 15 metros de altura, y se localiza en las zonas montañosas del norte de la Región, en zonas húmedas, de forma aislada o en pequeños bosquetes. Su copa es piramidal con abundantes ramas verdes que salen del tronco de manera horizontal y el tronco grueso. Son muy longevos, pudiendo superar los 1.500 años de vida.

A pesar de su alta toxicidad, a largo de la historia se le han atribuido numerosas propiedades curativas como antirreumático, antimalárico e incluso antiabortivo. En la actualidad, se le atribuyen valiosas propiedades contra distintos tipos de cáncer debido a un compuesto que se encuentra en la corteza, con actividad antileucémica y antitumoral.

Junto con los planes especiales de conservación de estas especies, en la Red de Viveros que gestiona la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente, se realizan ensayos y estudios con diferentes técnicas de producción para la obtención de otras especies (como el madroño, la cornicabra o diversa vegetación de ribera) necesarias para romper la monoespecificidad de las repoblaciones forestales.

Por otra parte, los cinco viveros, ubicados en Holguera, Cañamero, Moheda de Gata, Palazuelo y Rueda Chica, producen plantas forestales y, en menor medida, ornamentales, destinadas unas a cubrir las necesidades de las repoblaciones que realiza el Servicio de Ordenación y Gestión forestal, y otras se entregan a los Ayuntamientos y a entidades públicas, para el ajardinamiento de las vías públicas. Los trabajos no sólo están dirigidos a la obtención de planta en cantidad para cubrir estas necesidades, sino que se quiere una calidad contrastada y que la semilla proceda de nuestra región.

El pasado año se cedieron más de 160.000 plantas, siendo las especies más demandas el alcornoque, el rebollo, el pino piñonero, la encina y el castaño. En estos momentos, los viveros disponen de un stock de 500.000 plantones, muchos de los cuales se destinarán a la sustitución de especies alóctonas, como el eucalipto.

Asimismo, los técnicos desarrollan una importante labor didáctica con diversos programas de educación ambiental dirigidos a centros escolares, y divulgativas de los trabajos desarrollados en las materias de conservación y mejora genética y de técnicas de producción.