La tramitación del proyecto de Refinería Balboa ha sufrido una nueva demora, al frenar el Ministerio de Medio Ambiente la resolución de la Declaración de Impacto Ambiental, decisión que se esperaba para principios del 2009. Según consta en la documentación de Medio Ambiente, este ministerio recibió la documentación, incluidas las alegaciones derivadas del proceso de información pública, el 30 de octubre del 2008, abriéndose entonces un plazo de tres meses para emitir la Declaración de Impacto Ambiental (DIA).

Ese mismo día, se abren las consultas con Portugal para determinar el posible impacto de la planta en su territorio.

Según el plazo marcado, la finalización de este proceso tenía que haberse producido a más tardar el 30 de enero pasado. Sin embargo, casi un mes después Medio Ambiente, concretamente el 23 de febrero, el ministerio solicita "documentación complementaria al Estudio de Impacto Ambiental" presentado cuatro meses antes a la Dirección General de Política Energética y Minas del Ministerio de Industria, y se hace constar que, en este punto de la tramitación, "el plazo queda interrumpido".

Esto supone que en este momento ya no hay fecha para que se resuelva la DIA, cuestión previa a la aprobación del proyecto tal y como está, la aprobación con modificaciones o su rechazo.

INDIGNACION DE VARA Sin hacer alusión directa a esta demora concreta, el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, mostró su indignación con el modo en que se está tramitando el proyecto y apuntó directamente al Gobierno como responsable de una actuación discriminatoria hacia Extremadura.

Fernández Vara advirtió de que "algún día tendremos que levantar la voz para decir por qué algunas cosas siguen siendo tan difíciles desde aquí". El presidente extremeño explicó que hace cuatro años que empezó la tramitación de la refinería "y quedan todavía al menos tres años para que se pueda poner en marcha".

Según comentó "esto significa siete años para poder poner en marcha una industria en la región, sencillamente porque hay quienes piensan que nosotros no nos podemos permitir ciertas cuestiones, y nos someten a un proceso al que no se ha sometido en este país nunca a nadie".

Vara agregó: "Esto habrá que denunciarlo, y habrá que poner de manifiesto por qué se siguen produciendo distintas maneras de tratar a la gente en función de dónde viva cada cual, o del sitio en el que están". Aunque, en su opinión, la clave del trato discriminatorio está en que en algunos ámbitos se actúa de distinta forma "en función de lo que se espera de cada uno, y sobre todo en función de lo que no se espera que haga cada uno".

 

LA EMPRESA LO DESCONOCE Por otro lado, el Grupo Gallardo, como impulsor del proyecto, no ha recibido información alguna sobre el motivo de la nueva demora. Fuentes del grupo industrial extremeño indicaron ayer a EL PERIODICO que se sabía que se habían realizado consultas a las autoridades portuguesas (el propio presidente de la Junta se ofreció en diciembre pasado al Gobierno portugués para facilitar reuniones entre sus representantes y los de la empresa y aclarar todas las cuestiones pendientes) pero no que Medio Ambiente hubiese reclamado más datos a Industria.

Con todo, no es el primer retraso burocrático en el proceso. Según la documentación de Medio Ambiente, la solicitud de autorización de la refinería se produjo por parte de Gallardo el 9 de junio del 2005, pero hasta un año después (21 de abril del 2006) no se inició la fase de consultas previas, y pese a que se disponía de tres meses para trasladar a la empresa las respuestas, no se hizo hasta ocho meses después, el 15 de diciembre del 2006.

Se abrió entonces un nuevo plazo de dos años máximo para que Gallardo elaborase el Estudio de Impacto Ambiental, este documento se sometiese a información pública y se entregasen las alegaciones al Ministerio de Medio Ambiente. Fue el único plazo que se cumplió, ya que esta documentación se entregó en octubre del 2008 (22 meses).

En este punto es en el que de nuevo se ha atascado la tramitación.

Según los medios de comunicación lusos y la propia documentación de Medio Ambiente, no sería el recelo portugués el responsable del retraso, toda vez que el 22 de enero el Gobierno de Portugal manifestó que no tenía objeciones al proyecto y además el ministerio no alude para justificar la paralización al país vecino, sino a su deseo de más información.