La corporación municipal celebrará esta tarde un pleno en el que se aprobará la ordenanza de protección frente a la contaminación acústicas, una vez superado el proceso de exposición al público. Durante este periodo se presentaron tres alegaciones por parte de empresas, pero solo para corregir cuestiones técnicas.

En la elaboración de esta ordenanza han participado con sus sugerencias 87 entidades, desde colegios profesionales hasta universidades, como la de Vigo o la de Extremadura, además de sindicatos, organizaciones empresariales y asociaciones de vecinos.

El objetivo es regular el ruido procedente del tráfico, de las actividades industriales, recreativas e incluso los que provengan del interior de las viviendas.

Para ello, se delimitan unas áreas acústicas, de manera que la ciudad quedará dividida. A cada área se le asignará un tope de ruido en función de la actividad que se genere en la zona. Así, no será el mismo nivel de ruidos el que tenga que soportar una zona residencial, que tendrá que se el límite inferior, al de una zona declarada industrial o sanitaria, que será menor al que tenga declarada una zona de ocio o recreativa.

También se crean las figuras de zona saturada y de prevención de ruido, que son las que superan el límite permitido de ruido por su actividad industrial o recreativa. Dos áreas aspirantes a esta calificación es la calle John Lennon y Los Bodegones. Esto conllevará que la Junta, que es la competente, pueda declarar zona de prevención de ruidos estos lugares por dos años, tiempo durante el cual harán estudios y mediciones que permitirán, o no, a la Junta, declararlas saturadas de ruido, que implicará que no se puedan abrir más locales de ocio.