El 60% de los mayores extremeños afirman tener dificultades para llegar a fin de mes, y solo el 6% dice que llega con mucha facilidad. El 52% vive con unos ingresos de entre 451 y 750 euros al mes y casi el 70% tiene su pensión como una renta. Además, el 41% de sus ingresos lo gastan en alimentación y el 16% en vivienda, mientras que dedican un 14% de sus rentas al ahorro. Son datos del estudio que ha realizado el sindicato UGT, y que utilizará el Instituto de Consumo de Extremadura, sobre la distribución del gasto y el consumo de las personas mayores en la región. Otra conclusión a la que llega el informe es que casi 19.000 mayores extremeños son "pobres" (un 9% del total), ya que no gastan más de 360 euros al mes debido a sus paupérrimos ingresos. Ante este panorama, según el secretario regional de UGT, Miguel Bernal, hay que "exigir el crecimiento de las pensiones mínimas y el reforzamiento del estado del bienestar" si no se quiere "arrojar a la marginalidad a estas personas que viven en una economía de subsistencia".

Como ejemplo de esta mala situación económica de las personas mayores de Extremadura, Bernal ha subrayado hechos como que, de media, el 41,24% de sus gastos se destinan a la alimentación, el 15,8% a la vivienda y únicamente un 8,6% al ocio (unos 60 euros al mes). En cualquier caso, el dirigente sindical insistió en que las personas objeto de estudio han vivido la economía de otra forma a la actual, sabiendo que tenían que guardar dinero en una época en que había poco. El haber vivido en un estado económico precario, dijo, explica que estas personas dedican algo más del 14% de sus ingresos al ahorro; lo que supone una media de 1.250 euros al año por cada familia.

Todas estas circunstancias se repiten en mayor medida en los pueblos, ya que la mitad de los algo más de 207.000 mayores extremeños vive en localidades de menos de 5.000 habitantes. Ello, unido al fuerte peso que han tenido la agricultura y la ganadería en las economías de estas personas, conlleva a un mayor "estrangulamiento de la dinamización económica" del medio rural, un dato que, en opinión de Bernal, hay que tener en cuenta a la hora de diseñar estrategias de desarrollo económico.

 

ESCASO NIVEL DE ESTUDIOS Además, se da la circunstancia de que casi la mitad de estos mayores ha cotizado después de trabajar muchos años en la agricultura, como jornalero, en el caso de los hombres; mientras que cuatro de cada diez mujeres se dedicó siempre a las tareas de la casa, y solo un 10% de los encuestados dijeron haber trabajado por cuenta propia.

Otra cuestión importante que desvela el informe de UGT y que sirve para destapar una realidad vivida en Extremadura hace años es que el 52% de las personas mayores de 65 años son analfabetas, más mujeres que hombres. En este sentido, el 37% tiene estudios primarios; y solo el 3,6%, superiores

Con todos estos datos, Bernal señaló que la población de la tercera edad en Extremadura está "tremendamente precarizada" y "más en Extremadura que en el resto de España", al tener pensiones más bajas. A su juicio, la mayoría de los mayores extremeños se encuentran en una situación de "pura y dura economía de subsistencia". Por ello, destacó el hecho de que la población mayor no aporta dinamismo económico porque "no tiene capacidad de consumo más allá de un puro y duro consumo de supervivencia".

Además, insistió en la "tremenda vulnerabilidad" de estas personas a cualquier cambio en los precios, como las subidas de las tarifas de la luz o el agua.

Para este estudio UGT ha realizado 383 encuestas por teléfono a familias de mayores.