Hoy se cumplen 30 años de una histórica riada que anegó las fértiles tierras de la comarca del Valle del Alagón y causó importante pérdidas en viviendas, fincas y explotaciones ganaderas. Todo sucedió el 11 de febrero de 1979 tras las intensas lluvias que se venían registrando en todo el norte de Cáceres durante las semanas precedentes. De hecho en el mes de diciembre del 78 llovió durante 26 de los 31 días que tiene el mes.

La prensa de la época definía la situación como catastrófica y así recoge los hechos el diario La Vanguardia el 13 de febrero del 79. El desbordamiento del río Alagón afectó a viviendas, daños en industrias y especialmente a las tierras agrícolas y ganaderas. El caudal del río Alagón subió a su paso por Coria hasta los ocho metros y se quedó muy cerca de llegar hasta el puente de hierro. Así lo narraba Pedro Yerpes, un vecino de Coria, que tiene un chalet en la zona de la Isleta que se vio seriamente dañado por el agua.

La catástrofe se produjo porque los embalses de Gabriel y Galán y de Valdeobispo no pudieron soportar la cantidad de agua que se había recogido en los últimos días, de hecho a las siete de la mañana de aquel día se registró el paso de 2.384.000 metros cúbicos por segundo. Esta avenida alcanzó a los barrios de la Isla y la Isleta, inundándolos por completo lo que provocó que una veintena de personas se quedaran incomunicadas. Sixto Muriel, que días después de lo acontecido sería nombrado alcalde de la ciudad, ya que entonces Jaime Gutiérrez Serradilla era el primer edil, recuerda como con el marco de la gran riada comenzaron a gestarse los movimientos políticos de cara a su futuro como miembro de la UCD y alcalde.

El agua anegó fábricas, una escuela, un bar, varias viviendas y numerosas explotaciones ganaderas poniendo en peligro incluso las vidas humanas. La fábrica conservera Conalsa perdió toneladas de productos manufacturados. Numerosas reses fueron arrastradas aguas abajo y los cultivos sufrieron daños importantes, incluso se derrumbaron varios secaderos de tabaco. La inundación afectó también a las localidades de Montehermoso o Casillas de Coria. Meses después, los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Tajo elaboraron un informe que presentaron al ayuntamiento de Coria.

Los daños sufridos por el desbordamiento del Alagón, y en consecuencia de los ríos Jerte, Árrago, Tietar o Ambroz se cifraron en 1.500 millones de las antiguas pesetas y se declaró toda la comarca como zona catastrófica. El Consejo de Ministros  aprobó una serie de ayudas con prioridad de tramitar los créditos ordinarios por entidades oficiales de créditos, aplazar los pagos a la Seguridad Social para los afectados, subvenciones de hasta un 30% en obras de reparación de daños en infraestructuras e instalaciones y subvenciones de hasta un 80% para las pérdidas de ganado y de un 50% para las cosechas y maquinaria. Pedro Yerpes aunque fue uno de los damnificados no recibió ninguna ayuda por las pérdidas que sufrió.

Según recoge el plan de prevención de inundaciones Inuncaex de la Junta de Extremadura Coria es una de las catorce poblaciones extremeñas que presenta un alto riesgo de inundaciones y que podría sufrir grandes avenidas de agua con una periodicidad media de un siglo.