Extremadura dependerá de la inmigración para mantener su población durante la próxima década. Así se viene diciendo y así lo volvió a confirmar ayer el Instituto Nacional de Estadística, que hizo público un estudio de proyección a corto plazo. Según estos datos, la población extremeña crecerá en su conjunto un 1,08% hasta el año 2018, 11.727 extremeños más que ahora. El peso de esta subida recae exclusivamente en la provincia de Badajoz, que ganará 19.615 habitantes más, el 2,9% en crecimiento porcentual.

En cambio, Cáceres retrocederá un 1,9%. Su población pasará de 406.879 a 398.991 vecinos. Es decir, 7.888 cacereños menos.

Como es sabido, las variables que influyen en el crecimiento poblacional son dos: los flujos migratorios y el crecimiento vegetativo. Esto es, nacimiento menos muertes. Como viene siendo una constante desde hace ya varios años, la baja natalidad propicia que la mayoría de regiones españolas pierda población vegetativa. Sólo se salvan aquellas que tienen una importante proporción de inmigrantes (con mayores tasas de natalidad), como Andalucía, Madrid, Cataluña y Murcia.

Las estimaciones del INE prevén que Extremadura incremente paulatinamiente sus pérdidas desde las 644 personas el año pasado hasta las 2.312 en el año 2018. Por lo tanto, son los flujos migratorios los que harán aumentar la población, aunque mínimamente. El saldo migratorio será positivo en 17.466 personas dentro de diez años, asegura el INE.

Aún tratándose de una cifra corta para una región con una densidad de población tan baja, lo cierto es que las previsiones son mejores que las del año 2008. La pasada edición de este mismo estudio preveía un incremento de 4.174 habitantes hasta 2017, unos 7.500 menos de los que prevé esta nueva proyección. El INE mejora sus expectativas para Extremadura un 180%.

A nivel nacional, Extremadura se escapa del grupo de regiones que, según el estudio, perderán habitantes. Serán Asturias (-1,7%); País Vasco (-1,3%); y Galicia (-1,2%). En el otro extremo de la lista quedan Castilla-La Mancha (17,5%), Murcia (16,6%), Baleares (15,9%), y Comunidad Valenciana (14,4%), que serán las que más crecerán.

Datos nacionales

A nivel nacional, una llegada anual de la mitad de inmigrantes, menos nacimientos, una tasa de crecimiento demográfico más de un 50% inferior, casi cuatro millones más de personas y mayor esperanza de vida. Éstas son las características fundamentales de la proyección de población a diez años, Según el mismo, España superará los 49 millones de habitantes en 2018.

Se prevé un escenario en el que la tasa de crecimiento demográfico descenderá de manera notable en los próximos cuatro años, ya que pasará del 1,8% anual en 2008 hasta el 0,74% previsto para 2011. Después, y hasta 2018, se estabilizará.

Si durante el periodo 2002-2008 la población creció a un ritmo anual medio de 720.000 habitantes, en los diez próximos años se prevé que descienda a cerca de 380.000, casi la mitad. Las estimaciones apuntan a que nuestro país alcanzó el máximo 'dinamismo vegetativo' de las dos últimas décadas en 2008, cuando se registró una diferencia favorable de nacimientos sobre defunciones de 122.000 personas. A partir de ese año, se experimentará una caída sustancial que situará el excedente vegetativo en 2017 en una diferencia de 40.000 nacidos más que el número de fallecidos.