Un vecino de Cilleros, Teófilo H. G., ha sido condenado a diez años de prisión por intentar asesinar a su propio hijo con una escopeta de repetición cargada con cartuchos de postas, con la que se dirigió a la casa de su suegra en Cilleros en busca de su mujer, separada de él por malos tratos. Las dos mujeres, a las que también amenazó de muerte con el arma, tuvieron que esconderse, según una sentencia de la Audiencia Provincial hecha pública ayer.

El hombre, cargado con suficiente munición para haber provocado una matanza, llevaba también una maza de hierro con la que intentó forzar la puerta de la vivienda. Al principio no pudo entrar en la casa, rompió un cristal de la puerta y a través del hueco disparó a su hijo que trataba de impedirle la entrada arrojándole objetos. Por suerte, no le alcanzó y el tiro impactó en el marco de la puerta.

Logró correr el cerrojo de la puerta y entrar, por lo que el hijo se le echó encima para quitarle la escopeta, que ya no disparaba porque se encasquilló. La escopeta cayó al suelo y su esposa aprovechó para cogerla y salir de la vivienda. Entonces llegó la Guardia Civil y le redujeron.

DECIA QUE QUERIA SUICIDARSE El tribunal han considerado el agravante de parentesco en la imposición de la pena y, por el contrario, no ha estimado la petición de eximente de alcoholismo solicitada por la defensa del procesado, ya que no se considera suficientemente probado ni que sea alcohólico ni que el día de los hechos actuara borracho.

Tampoco ha creido el tribunal la versión que ofreció el acusado en el juicio de que su intención no era matarles, sino de suicidarse delante de ellos. El hecho de que cargara la escopeta con munición de postas, cuyo efecto letal es mayor al abrir el disparo y por lo tanto "más peligrosa", se considera "relevante" para desmontar su versión.

Se entiende que si su intención era suicidarse no habría usado este tipo de munición, sino balas. Además, no solo llevaba un cartucho, sino que tenía cargada la escopeta con todos los que admitía y otros 6 de balas.

Además de la pena de prisión, se le han impuesto órdenes de alejamiento a menos de 500 metros de su hijo por un periodo de 15 años y de su mujer y su suegra durante 7 años.