España habrá destruido todo su arsenal de bombas de racimo en junio del 2009 y lo hará una empresa de Extremadura. Fabricaciones Extremeñas (Faex) será la encargada de eliminar una munición que la ministra de Defensa, Carme Chacón, calificó ayer en la sede de la empresa en El Gordo como "inaceptable" y "una ejecución sin sentencia".

De ahí que la titular de Defensa haya querido acelerar los plazos de destrucción de este tipo de armamento, una tarea a la que el Gobierno se comprometió en mayo con el acuerdo de Dublín, que suscribieron otros 110 países. Así, hoy, Faex ha eliminado más de cien municiones de las cerca de 6.000 que se conservan –4.600 granadas de mortero españolas, 600 bombas de racimo estadounidenses y 400 bombas antipistas españolas– según los datos de Francisco Torrente, responsable de la empresa.

Chacón recordó ayer que esta cifra de cien armas destruidas fue el compromiso que hizo público el pasado 17 de julio en el Congreso de los Diputados. Su intención era que hoy, día en que el Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, firmará en Oslo el tratado internacional que prohíbe las bombas de racimo, estuvieran destruidas y "hemos cumplido", subrayó la ministra.

De hecho, recordó que, pese a que el acuerdo de Dublín establece un plazo de doce años para destruir este tipo de munición, el Consejo de Ministros aprobó el 11 de julio pasado una moratoria que erradicaba las municiones de racimo y prohibía su empleo, desarrollo, fabricación, adquisición y conservación.

En base a esto y tras el contrato suscrito con la extremeña FAEX SA, se ha fijado el plazo de junio de 2009, en que "no quedará ninguna bomba de racimo en España, salvo las necesarias para que nuestros zapadores e ingenieros aprendan a desactivarlas", resaltó Chacón. Cumplido ese plazo –que el responsable de la empresa adelantó al 1 de abril– la ministra hizo hincapié en que "estaremos a la cabeza de la eliminación completa de las bombas de racimo".

 

MUERTOS A DIARIO El proceso costará unos cinco millones de euros y permitirá acabar con una munición que aún hoy, sigue matando a personas a diario por bombas lanzas en los años 60 y 70 en zonas como Vietnam, Kosovo, Afganistán, Irán o Líbano, según ha denunciado Greenpeace. La propia Carme Chacón destacó ayer que "un terció de estas municiones permanecen activas un largo tiempo tras ser lanzadas" y advirtió de que sus principales víctimas son niños por presentarse en "botes atractivos, relucientes, que parecen un juguete o una lata de conservas".

En las manos de la plantilla de 75 a 100 trabajadores de FAEX SA en El Gordo está su completa eliminación, un proceso en el que llevan trabajando 25 años y "un avance colectivo que nos hace ser mejores como nación", subrayó Chacón.