Un equipo de expertos botánicos acometerá esta semana una serie de actuaciones sobre el árbol más singular de Extremadura, la encina Terrona, que se encuentra en la localidad de Zarza de Montánchez, en cuyo tronco se evidencia una fisura que podría poner en peligro su existencia.

Así, la Dirección General del Medio Natural ha decidido realizar una intervención sobre la encina Terrona consistente en la colocación de "horcones" o "muletas" que eviten el colapso y hundimiento del árbol.

Los trabajos consistirán en la colocación de 15 apoyos metálicos de diferente altura, colocados en los lugares críticos, que permitirán aliviar el peso de las distintas ramas, previniendo así el riesgo de desgaje. Además de esto, se repondrá el vallado perimetral que actualmente posee el árbol, cambiándolo por un vallado más consistente y estético.

Seguimiento técnico

La encina Terrona es el árbol más emblemático de Extremadura, además de ser el ejemplar conocido de su especie más grande de España y tal vez de Europa. Por ello, su conservación es una de las prioridades básicas de la gestión de Árboles Singulares en nuestra región.

Este árbol ha estado sometido a un seguimiento técnico desde el año 1998. Tras el desgaje de una de las ramas principales durante un temporal en el invierno de 1997, comenzaron los estudios técnicos de la encina con la finalidad de evitar un deterioro mayor del ejemplar y perfilar las medidas más adecuadas para su preservación.

El seguimiento técnico ha sido realizado fundamentalmente por el equipo de dendrólogos de Bernabé Moya y los técnicos de la Dirección General del Medio Natural.

Durante la visita de 1998 se detectó la existencia de una fisura en la horcajadura del tronco, entre las ramas que se expanden en dirección norte y sur. Aunque en aquellos momentos existían dudas sobre su magnitud, en el estudio dendrológico de 2004 se pudo diagnosticar la gravedad de esta fisura que, por su situación, comprometía el estado biomecámico del árbol.

En aquel estudio ya se adelantaba que era "signo evidente de desgarro de los cimales estructurales" y que era "necesario controlar su evolución específicamente". Ha de hacerse notar que el tronco del árbol se encuentra hueco, a modo de cilindro.

En marzo de 2008, mes en el que se realizó el tercer estudio dendrológico de la encina Terrona, el estudio específico de la fisura mencionada dio signos evidentes de una evolución desfavorable que obligan a una intervención rápida, pues la resistencia del tronco hueco del árbol se compromete gravemente bajo estas circunstancias.

Entre las distintas opciones técnicas posibles, la única que presenta garantías suficientes para asegurar la continuidad del árbol, manteniendo las características estructurales y biológicas actuales, es la colocación de "horcones" o "muletas" que descarguen de peso a la estructura del tronco.

Y es así porque la fisura es producto del enorme peso que soporta el tronco, por lo que la colocación de cableado no eliminaría el problema. Tampoco es una opción válida en estos momentos la reducción de copa: con esta actuación se atenúa el efecto vela que el viento ejerce sobre el follaje, pero no sirve para descargar peso, salvo que la reducción fuese severa. En este caso se producirían graves heridas y desórdenes fisiológicos, efectos no deseables en un ejemplar de tal edad.