Un incendio declarado por causas que aún se desconocen en un domicilio del número 12 de la calle Almendralejo provocó ayer la muerte de Manuela Alen Gómez, de 67 años de edad, madre del concejal del PP en el Ayuntamiento de Mérida Fernando Molina Alen. A falta de la realización de la autopsia, prevista para la mañana de hoy, todo indica que la muerte se produjo por inhalación del humo concentrado en la vivienda, y que también ha provocado que su marido, Fernando, de 74 años de edad, y que ya padecía una grave dolencia respiratoria que le obligaba a estar conectado a un respirador, fuera ingresado en estado grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de Mérida.

El Centro 112 de Urgencias de Extremadura recibió el aviso del incendio pasadas las siete y media de la mañana, desde donde se movilizaron los equipos de emergencias, incluidos los sanitarios y efectivos de la Policía Nacional y la Policía Local. Fuentes del Parque de Bomberos de Mérida sostienen que el incendio se declaró en uno de los cuartos de la propia vivienda, aunque no pudieron precisar a qué fue debido. En todo caso, todo hace indicar que el fuego comenzó al menos cuarenta y cinco minutos antes de su llegada al inmueble, debido a la gran cantidad de humo que se acumulaba en la vivienda cuando los efectivos entraron en su interior.

Aunque no se registraron llamas de gran consideración, el interior del domicilio registró altas temperaturas, como muestran las marcas negras en techos y paredes de la casa, y la caída de algunos elementos del inmueble, como escayolas decorativas, aunque no se produjeron daños importantes en la estructura del edificio, por lo que los vecinos pudieron continuar en sus viviendas una vez sofocado el incendio.

El hecho de que el suceso haya tenido lugar en invierno podría haber evitado una tragedia aún mayor, según las mismas fuentes, ya que de haberse registrado en verano con las ventanas de la casa abiertas, el domicilio hubiera "ardido de punta a punta", debido a la densidad del mobiliario que se acumulaba en su interior, y a que la corriente de aire hubiera oxigenado el fuego y avivado las llamas de tal forma que hubieran complicado el rescate de sus inquilinos, y el riesgo de que se hubieran producido daños más importantes en el edificio también sería mayor.

Una vez sofocado el incendio y rescatados sus inquilinos, el matrimonio fue trasladado en estado de inconsciencia hasta el Hospital de Mérida. La víctima mortal sufrió una intoxicación por inhalación de dióxido de carbono que le provocó una parada cardio-respiratoria que acabó con su vida, mientras que su marido, que necesita la ayuda de un respirador para superar los graves problemas respiratorios que padece, resultó igualmente intoxicado, pero en su caso fue ingresado en la UCI. Al cierre de esta edición, Fernando Molina se encontraba estabilizado aunque continuaba en estado grave debido a una insuficiencia respiratoria aguda global.

Este no ha sido el primer incendio que se produce en una vivienda de la ciudad en las últimas fechas, aunque sí que es el primero que se ha cobrado la vida de una de sus víctimas. Hace escasamente diez días, el 4 de noviembre, se produjo otro incendio en una salita del piso 2.º B del número 6 de la calle Bellavista, en el barrio del mismo nombre, aunque ninguno de los miembros de la familia, que se encontraban durmiendo en su interior, resultaron heridos. El edificio, donde viven 16 familias, fue evacuado por los bomberos, y el matrimonio y el hijo trasladados al hospital, donde estuvieron unas horas.

Unas semanas antes, el 15 de octubre, una mujer y un menor resultaron intoxicados por humo en el incendio que se produjo en un piso del bloque número 7 de la calle Plasencia, en la barriada de San Lázaro. Aunque en este caso aún se desconocen los motivos, en los otros casos casi siempre se debió a un mal uso o un descuido con aparatos eléctricos, motivo por el cual el alcalde, Angel Calle, pidió a sus vecinos que extremen las precauciones con braseros y calderas. Ya en el mes de julio, el día 3 se produjeron dos incendios en un mismo día, uno en Nueva Ciudad y otro en la Rambla, los dos originados en la cocina, aunque no hubo daños personales.