Los primeros resultados de la investigación del crimen de Montesol, solo 48 horas después del hallazgo de las víctimas que ayer recibieron sepultura en el cementerio de Cáceres, han conducido de momento a dos pisos en la barriada de Pinilla y la calle Ródano, en los que la policía ha practicado sendos registros domiciliarios autorizados y supervisados por el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 que instruye el caso, según confirmaron a este diario diversas fuentes no oficiales.

Una de estas actuaciones en Pinilla, en el domicilio supuestamente de uno de los detenidos, se prolongó hasta bien entrada la madrugada de ayer, informaron las mismas fuentes. 

La Comisaría de la Policía Nacional continuó ayer sin confirmar oficialmente las detenciones del chófer y hombre de confianza del fallecido, Rafael S. G. el Rafa , y de otra persona por su presunta vinculación al suceso, según informó este diario en su edición de ayer citando fuentes policiales cercanas a la investigación.

El segundo detenido se trata de J. C., apodado el Lisco , sobre el que pesaban cinco órdenes de busca y captura. Esta detención se practicó en el bloque C de la calle Ródano, según fuentes policiales. La asistenta brasileña de la pareja, que fue conducida también desde este mismo edificio a la Comisaría el viernes por la mañana, permanece presuntamente retenida, según varias personas de su entorno con la que se ha puesto en contacto este diario, aunque la policía no quiso confirmar este extremo.

Este periódico pudo contactar ayer con los familiares del chófer, Rafael S. G., en la vivienda que comparten con éste en Pinilla y manifestaron desconocer su paradero y si se encontraba realmente detenido, puesto que no se les había comunicado aún nada al respecto. Visiblemente nerviosos, declinaron confirmar si la policía había acudido al domicilio y únicamente se limitaron a asegurar que el joven solo "traía y llevaba al matrimonio".

Una tía de el Rafa , que también reside en Cáceres, explicó que su sobrino "es una persona increíble, entrañable y cariñosa con sus primos" y confirmó que estaba trabajando como chófer para la pareja fallecida, tras haberlo hecho anteriormente en la construcción.

Se da la circunstancia que la asistenta de las dos víctimas también había estado residiendo en Pinilla, aunque últimamente pasaba mucho tiempo en el bloque C de la calle Ródano, donde era frecuente verla junto al chófer del matrimonio y en el todoterreno de este.

De momento se desconoce la vinculación exacta de los detenidos con el doble asesinato de Montesol que sobrecogió a toda la ciudad el miércoles, cuando fueron encontrados los cadáveres de la pareja molida a golpes en el salón de su casa.

No ha trascendido si realmente participaron en los hechos o si en cambio los autores del brutal crimen fueron personas del entorno conflictivo en el que estos se movían. Las pesquisas se centraron desde el principio en este ambiente marginal aunque no se han cerrado otras líneas de investigación, que sigue abierta.

Se está a la espera de que los detenidos pasen a disposición judicial. La Policía Nacional ha retirado ya la vigilancia que ha mantenido estos últimos días en la casa donde ocurrieron los hechos, en el número 4 de la calle Las Grullas del residencial Montesol, aunque la vivienda sigue precintada por orden judicial. El matrimonio vivía en este adosado en alquiler hacía tan solo poco más de un mes.

Y mientras la investigación continúa, las víctimas del crimen, Juan Antonio Torrecilla y Mercedes García, ambos de poco más de 50 años, recibían ayer a la diez de la mañana el último adiós de familiares y amigos en el cementerio municipal de Cáceres, donde fueron enterrados en un acto emotivo, íntimo y tranquilo.

Los tres hijos de la pareja, el padre del fallecido, la única hermana de éste y otros familiares cercanos estuvieron arropados por amigos y conocidos del matrimonio, entre ellos algunos vecinos del Villar del Pedroso donde nació Torrecilla y el propio alcalde de este municipio. "Era un hombre pintoresco por su aspecto físico -reiteró ayer el alcalde, Eduardo Villaverde – pero siempre tuvo un comportamiento ejemplar en el pueblo".