El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, aboga por la unidad y la fortaleza para afrontar con garantías el futuro del cultivo del tabaco en la Unión Europea y , así, que se decida el mantenimiento de las ayudas del tabaco hasta 2013.

Según recoge el periódico de Extremadura, Fernández Vara, durante la inauguración del XXXI Congreso de la Unión de Cultivadores de Tabaco de Europa, opta por la unión para la defensa del cultivo con argumentos y razones.

De hecho, apunta que "hay que machacar" con la idea de que los países productores de tabaco "no son productores de fumadores" y que, acabar con la producción de tabaco en Europa, no se dejaría de fumar, "puesto que sólo el 25 por ciento del tabaco que se fuma en Europa se produce aquí" y si se deja de producir, "pronto vendrá otro a cubrir ese 25 por ciento".

La segunda razón de Fernández Vara se centra en la apuesta por el desarrollo rural y porque "de nada sirve que tengamos llenos de infraestructuras los pueblos si se vacían de ciudadanos". "Los pueblos deben tener medios de vida y la eliminación del cultivo de tabaco pone en peligro el medio de vida de mucha gente, no sólo de los cultivadores".

Además, Vara también observa que este cultiva defiende el medio ambiente con la absorción de gases en la atmósfera. Asimismo, resalta que la crisis financiera actual provocada por un modelo de crecimiento "basado en la especulación y en el enriquecimiento rápido", es decir, "en una cultura de la renta", en vez de "en una cultura del trabajo", a la que, según Vara hay que volver para "defender la producción y la pervivencia explotando todo aquello que la tierra puede darnos".

En cuanto a Extremadura, el presidente de la Junta relata que "cuando el 92,7% de la producción de tabaco en España se concentra en tres comarcas extremeñas", en el Valle del Tiétar, el del Alagón y en la Vera, el "problema de otros se convierte aquí en un problemón", por lo que solicita que se tenga en cuenta "el principio de la proporcionalidad" en el proceso de reestructuración de la política agraria comunitaria porque, al final, es una cuestión de empleo.