Los seis casquillos de bala encontrados -cuatro de ellos en el vehículo- tras el tiroteo en Coria que hirió de gravedad a un hombre, de 31 años, en el tórax, cuello y cabeza en la madrugada del domingo, son del calibre 9 milímetros, los mismos que se utilizaron el 17 de octubre del 2006 en el tiroteo que sufrió un hermano de la víctima, ambos amenazados de muerte. Por este motivo, según fuentes cercanas a la investigación, no se descarta que algunas de las personas que protagonizaron el altercado de hace dos años en una rotonda cerca de Plasencia, también estén implicadas en el suceso que alarmó a la población cauriense la pasada madrugada del domingo.

La Guardia Civil, que continúa a fondo con las investigaciones, todavía no ha llevado a cabo la detención de ninguna persona en relación con los hechos que sucedieron a las 4 de la madrugada que causaron además heridas leves en las piernas a tres chicas de La Moheda que de forma casual se encontraban cerca del lugar de los hechos en Coria.

Las tres jóvenes fueron atendidas en el hospital cauriense y una de ellas además requirió tres puntos de sutura en una de las heridas. Una de las chicas explicó ayer que en el momento que sucedieron los hechos había un gran número de jóvenes cerca del lugar. "Al principio pensamos que eran petardos, pero luego nos dimos cuenta que eran disparos y comenzamos a correr", relató ayer la joven que confesó al principio haber sentido miedo.

El autor de los disparos aún no ha sido localizado por los cuerpos de seguridad, mientras, la víctima, que pidió el alta voluntaria del hospital cuatro horas después de ser tiroteada, ya ha declarado ante la Guardia Civil y los agentes además le han entregado su vehículo tras ser éste investigado.