Miles de personas se dieron cita en la tarde de este viernes en la ciudad de Coria para disfrutar de un espectáculo taurino protagonizado por el astado de nombre Faraón, de 550 kilogramos de peso y que aportó a las fiestas de San Juan la emblemática Peña de El 27.

El astado recorrió buena parte del recinto amurallado de Coria y el encargado de dar muerte al animal fue  Toñi Quijada, quien muy rápido de reflejos lo mató a las 21 horas 53 minutos en la Plazuela del Duque, ante la mirada de cientos de aficionados. Fue necesario que Quijada pidiera la colaboración del público para que se retirara de este espacio y poder matar al astado con la mayor seguridad posible.

Tarde calurosa y con aglomeración de público que siguió al toro durante buena parte del espectáculo por la zona de la plaza de San Pedro, calle del Rey y la calle de Santiago, espacios por los que el astado sintió especial querencia al tratarse de una zona que, vecinos y aficionados, habían refrescado con cubos y mangueras de agua.

El animal con sus 550 kilos de peso y de la ganadería cacereña de La Herguijuela paseó por la calle de Las Monjas, estuvo en la zona de la Catedral y también pasó por la calle del Rey para suerte de la afición que disfrutó con un toro que se dejó ver por el recinto histórico y que fue elegido para la fiesta por el asombrerado del 27, José Luis de Juan.

Faraón fue un toro un tanto ágil, que llego inclusó a arremeter contra una esquina de la calle del Rey y que respondió a la pica eléctrica con la que le dieron en varias ocasiones. En los treinta minutos de lidia en la Plaza de España, donde se encuantra el ayuntamiento antiguo de Coria, la emoción la pusieron unos jóvenes valientes que no dudaron en dar espectáculo con el salto de la garrocha, una práctica aplaudida por unos y muy criticada por otros.