Los ladrones echaron abajo todo un escaparate del Banco Castilla, en el polígono industrial de Plasencia, para llevarse el dispensador del cajero automático. Acababan de forzar otro negocio de la zona, de donde se fueron a Malpartida para intentar robar en la Caixa Geral. Todo ocurrió en la madrugada de ayer y la Policía Nacional sospecha de una banda organizada llegada de fuera, según dijeron los investigadores a los afectados, por el modus operandi. Los destrozos causados, sin embargo, fueron mayores que el botín.

Primero entraron en Repuestos Plasencia. "Pero qué dinero íbamos a tener aquí –dijeron ayer sus responsables–, así es que nos reventaron la cerradura y nos lo han dejado todo revuelto". En cuestión de diez minutos se fueron al Banco Castilla porque fue el tiempo transcurrido desde que sonó la alarma y llegaron los dueños y la policía a la nave. Eran aproximadamente las tres de la mañana y pese a estar a 500 metros, los presuntos ladrones tuvieron tiempo de derrumbar el escaparate de la entidad, donde también se disparó la alarma. Posiblemente usaron una palanca y se colaron dentro para llevarse el dispensador del cajero, que al menos pesa 300 kilos, y que reapareció, ya vacío, en Malpartida de Plasencia.

En la Caixa Geral de esta localidad causaron aún más destrozos para intentar llevarse la caja fuerte, pero no lo lograron. Pese a tantos esfuerzos, solo se llevaron dinero del banco, pero no más del dispuesto para el día en el cajero. Debieron utilizar guantes porque no dejaron huellas.