El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino vuelve a incluir a Extremadura entre las zonas restringidas para el movimiento de ganado como consecuencia de la lengua azul, una enfermedad de transmisión animal que durante el pasado año originó la muerte de más de 9.000 ovejas, según los últimos datos hechos públicos por la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural de la Junta.

En esta ocasión la decisión no se debe al surgimiento de nuevos casos, sino que es una medida preventiva ante la posibilidad de que el mosquito que transmite la enfermedad pueda aparecer en estas zonas por el incremento de las temperaturas durante las últimas semanas. De esta forma, el ministerio ha decidido ampliar la zona de restricción, que en el caso extremeño afecta ya –desde ayer– a toda la provincia de Badajoz y a las comarcas veterinarias de Valencia de Alcántara, Plasencia, Coria, Logrosán y Cáceres. Además, a partir del 15 de mayo también estarán sometidas a la misma situación las áreas veterinarias de Navalmoral de la Mata y Trujillo.

La orden ministerial supone que queda restringido el movimiento de todas las cabezas de ovino que se encuentren en estas zonas y que no estén vacunadas contra la lengua azul. En este sentido, la limitación apenas afectará a la región, ya que durante los últimos meses se ha administrado la vacuna contra a cerca de cuatro millones y medio de ovejas en Extremadura, lo que supone la práctica totalidad del ganado ovino extremeño.

Según explicó el director general de Explotaciones Agrarias, Juan Carlos Antequera, hace un mes en la Asamblea de Extremadura, en estas labores de prevención han participado 310 veterinarios. Además, la región cuenta con una red de granjas centinelas y programas entomológicos para el seguimiento y el control de la enfermedad. En total, de acuerdo con los datos dados por Antequera, durante el pasado año fallecieron en la región 9.037 animales por la infección del serotipo 1 –una de las variantes– de la lengua azul.