El alza registrada a lo largo de los últimos meses en los precios del arroz beneficiará a los alrededor de 2.000 agricultores extremeños que se dedican a este cultivo. Tras varios años manteniéndose en los mismos niveles, el coste en origen de este cereal se ha incrementado esta campaña hasta en un 30% respecto a la anterior, pasando de 240 euros por tonelada a los 318. Extremadura es, tras Andalucía, la segunda comunidad autónoma española con mayor producción arrocera, con unas 200.000 toneladas.

En encarecimiento del arroz ha venido motivado fundamentalmente por las restricciones que algunos de los principales países productores del mundo, caso de Tailandia, Vietnam o Egipto, han impuesto a sus exportaciones. El objetivo que han buscado con ello sus respectivos gobiernos es almacenar grano y poner a salvo sus mercados ante posibles nuevos repuntes.

Manuel Rodríguez, presidente de Extremeña de Arroces, única transformadora de este cereal que hay en la región, explica que el incremento de precios va a dar un respiro a los productores extremeños, que podrán hacer frente así a las importantes subidas que han experimentado sus costes de producción. Estas se han registrado tanto en los fertilizantes y los fitosanitarios como el combustible. "El mes pasado el litro de gasóleo B costaba 0,72 euros y ahora 0,84, pero es que hace un año se pagaba a 0,42", ejemplifica. De hecho, afirma que lo ajustado de los márgenes había llevado a no pocos agricultores a plantearse su continuidad en este cultivo. En cualquier caso no piensa que esta coyuntura vaya a producir un aumento "llamativo" de la superficie arrocera de la región. "Crecerá unas mil hectáreas" , pronostica.

Rodríguez, que también es presidente de la sectorial del arroz de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE), cree que esta subida acabará repercutiendo en el precio final que paga el consumidor, pero considera que ésta es una circunstancia que se está exagerando. En primer lugar, porque el precio de este alimento se mantiene estable en España "desde hace cuatro años". "En los supermercados puedes comprar todavía un kilo de arroz de marca blanca por sesenta céntimos", argumenta. Además, el arroz es un producto gancho , que las grandes superficies emplean para atraer al consumidor, por lo que suelen ser reacias a encarecerlo.

Y en segundo, porque el consumo per cápita de arroz en España está por debajo de los seis kilos anuales, frente a los 120 que aproximadamente puede ingerir un chino o los 90 de un colombiano. En este sentido, insiste en subrayar que los perjuicios derivados de esta situación van a producirse fuera de Europa. "Aquí el problema es que hay cientos de millones de personas en el mundo que prácticamente sólo comen arroz". La mayor parte de ellos están en países subdesarrollados o en vías de desarrollo, pero lo están pagando a precios muy similares a los que desembolsa un español. Un ejemplo de ello es Haití, la nación más pobre del continente americano donde "se ha estado comprando a igual o mayor precio que en España".

Esta misma semana, dos cadenas de distribución norteamericanas –una de ellas el gigante Wal-Mart– ponían en práctica el primer racionamiento alimenticio de la historia de este país. Y ha sido con el arroz. Un situación que Rodríguez ve "absolutamente" improbable que se replique en España, un país excedentario en esta commodity (exporta aproximadamente un 35% de lo que produce).

 

INDUSTRIAS NACIONALES Responsables de las dos principales arroceras españolas, Herba (La Fallera, La Cigala y Brillante, entre otras marcas) y SOS, también han descartado que se vaya a producir un desabastecimiento o restricciones a la venta de este cereal en España, pero sí prevén incrementos de precios.

El director de exportación de Herba, Salvador Loring, ha afirmado esta semana que los precios para el consumidor final pueden incrementarse entre un 30 y un 40% en el 2008.