Alrededor de 10.000 personas acudieron ayer a la multitudinaria romería que se organiza cada año en torno al santuario de la Virgen de la Luz, patrona de Arroyo. La jornada transcurrió en un ambiente festivo, campero y de estrecha convivencia, y puso fin a las celebraciones que el municipio dedica a su imagen mariana cada primavera.

A las doce del mediodía tuvo lugar la tradicional misa y procesión de la patrona, en la que estuvieron presentes el alcalde de la localidad, Santos Jorna, la corporación municipal, el mayordomo, Florencio Crespo, y su cofradía en honor a la Virgen de la Luz. Durante todo el día, miles de arroyanos y vecinos de otros pueblos de la región (la romería es conocida en Extremadura) disfrutaron de una agradable jornada de campo en una dehesa típica, propiedad del ayuntamiento, con unas 900 hectáreas salpicadas de encinas y alcornoques.

Fue allí donde, en la época de la Reconquista, se erigió una primitiva ermita en honor a la patrona, que ha experimentado profundas reformas a lo largo de los siglos para llegar a convertirse en el santuario actual de la Virgen de la Luz, que fue coronada canónicamente hace dos años y que el pasado mes estrenó palio en honor a dicha coronación.

Durante la romería no faltó el buen vino arroyano, las chuletas, las tortillas, las morcillas y todo tipo de embutidos y postres tradicionales de la localidad. Además, la dehesa se llenó de casetas con música repletas de jóvenes, y de los tradicionales puestos de venta de artículos variados, desde juguetes hasta helados para combatir el calor.

Esta jornada fue la culminación de las fiestas en honor a la patrona, que comenzaron el 24 de Marzo con el Día de la Luz y la carrera de caballos y carrozas, una tradición catalogada de Interés Turístico Regional que ahora busca el título nacional.