La unidad de Seguridad Alimentaria del área de Salud de Don Benito-Villanueva realizó el pasado año, 1.431 controles sanitarios en los 764 establecimientos de comidas preparadas registrados en este área. Es decir, fueron visitados, al menos, dos veces al año dentro del programa de vigilancia y control sanitario. El fin es velar por la calidad e higiene de los alimentos para proteger la salud de los consumidores.

Ricardo Mata, de la dirección de Salud, destaca que solo hubo un brote de intoxicación de origen alimentario que afectó a nueve personas, aunque "sin consecuencias dignas de mencionar". También recalca que desde que hace seis años se pusiese en marcha este plan se ha reducido el elevado número de brotes existentes, que incluso llegó a provocar situaciones muy críticas en la salud de los afectados.

En la campaña pasada, detectaron deficiencias en 100 locales y en en total de los controles hechos se levantaron 551 actas y se gestionaron sanciones y ceses de actividad a 27 locales (3,5%). Además, se enviaron 150 muestras de comida para analizar.

La actividad de los inspectores sanitarios se centra en disminuir los brotes de origen alimentario; censar y clasificar los establecimientos por sus categorías, y calificarlos por su riesgo sanitario. Los controles se realizan en centros escolares y sanitarios, guarderías y residencias de ancianos, albergues y todo tipo de establecimientos hosteleros y de restauración, sin olvidar los de temporada.

Además, desde hace cuatro años desarrollan un programa específico para los establecimientos de comidas preparadas no permanentes (ferias).

Desde esta Unidad de Seguridad Alimentaria animan a los consumidores a denunciar las situaciones no conforme con ciertas prácticas de manipulación e higiene de los alimentos.