Una oleada de robos ha obligado a la Guardia Civil a difundir la "Operación Padrino", por la que dos hombres fueron detenidos como presuntos autores de los delitos de extorsión e intrusismo profesional por ofrecerse como vigilantes nocturnos en distintas obras en construcción en polígonos de Navalmoral de la Mata y Casatejada.

Aunque las detenciones se llevaron a cabo hace varios días dentro de la llamada "Operación Padrino", los hechos no trascendieron hasta ayer, después de que las constructoras sufrieran una oleada de robos.que obligó a la Guardia Civil a actuar de forma precipitada y a difundir en parte una operación que aún sigue abierta y en la que ni siquiera ha sido posible cuantificar el importe total del dinero recaudado por las extorsiones.

Las dos personas detenidas, de etnia gitana y vecinas de Navalmoral de la Mata, comenzaron a operar en noviembre, fecha en la que ofrecieron sus servicios como vigilantes nocturnos a varias empresas constructoras de la comarca del Campo Arañuelo a las que garantizaban la ausencia de robos. Según la Guardia Civil, los hombres les amenazaban para que accedieran a contratarlos, aunque cinco responsables de obras consultados ayer negaron este extremo.

Todos los empresarios coinciden en que los detenidos se ofrecían como vigilantes nocturnos de obras y exigían el pago de los servicios prestados en metálico y sin mediar contrato alguno; si se les ofrecía trabajar como peones, rechazaban la oferta. Su táctica consistía en visitar de forma casi diaria a los empresarios para insistir en sus pretensiones y en ocasiones dejaban una tarjeta de visita y relataban verbalmente su listado de "influencias". Tras ser detenidos y puestos a disposición de la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Navalmoral de la Mata, quedaron en libertad con cargos.

La constructora que más dinero ha desembolsado ha sido una Unión Temporal de Empresas (UTE) adjudicataria de las obras de urbanización del Polígono Industrial Laguna Nueva de Casatejada, que abonaba 1.000 euros mensuales por unos servicios que, en ocasiones, ni siquiera realizaban. La UTE reclama ahora el valor de un rodillo que ha sido robado de la obra, valorado en más de 6.000 euros. En sus proximidades se encuentra otra obra en construcción para una industria de galvanizados, donde el pasado mes de noviembre desaparecieron 30 metros de hilo de cobre; la llegada de los dos individuos, que percibían 400 euros mensuales el día 10 de cada mes, acabó con los robos. La misma cantidad abonaba la constructora adjudicataria de las obras de la depuradora de aguas residuales de Casatejada, donde también han desaparecido una bomba de agua y un grupo electrógeno valorados en más de 6.000 euros.

En Navalmoral de la Mata, los dos hombres actuaban muy cerca del barrio en el que residen, en la zona conocida como Las Eras del Cerro, donde varias empresas realizan obras de urbanización y la construcción de un pabellón polideportivo. Los investigadores no han logrado saber el dinero que abonaba cada empresa ni la cantidad total obtenida fruto de las extorsiones.

Pese a que sólo se trata de dos personas, la Guardia Civil insistió ayer que se ha desarticulado una organización que, además de actuar en Navalmoral de la Mata y Casatejada, también lo hacía en Zamora. Varios empresarios que lograron zafarse de los detenidos coincidieron al señalar que no les resultó complicado "dar largas" y convencerles de que no necesitaban sus servicios de vigilancia.