El Laboratorio Nacional de Ingeniería Civil (LNEC) de Portugal anunció ayer que el estudio del futuro puente sobre el río Tajo del AVE Madrid-Lisboa, cuya ubicación podría retrasar varios años la línea, no estará listo hasta abril. El anuncio del retraso del documento, que debió ser entregado la semana pasada, se produjo cuando surgen dudas sobre el cumplimiento de los plazos previstos para la apertura de la línea de alta velocidad entre las dos capitales ibéricas, en el 2013, tres años después de la conclusión prevista del tramo español, Madrid-Badajoz.

Los ingenieros del LNEC analizan la mejor localización de la tercera travesía sobre el estuario del Tajo, después de que un estudio de la Confederación de la Industria Portuguesa (CIP) recomendase abandonar el actual proyecto de construirla entre el barrio capitalino de Chelas y la localidad de Barreiro. EL CIP defiende la ubicación del puente entre Montijo (en el margen sur del río) y el barrio lisboeta de Beato, debido a que esta travesía abarata en mil millones el proyecto, reduce en seis kilómetros la distancia y tiene un menor impacto visual.

En un breve comentario a un rotativo portugués publicado ayer, la secretaria de Estado de Obras Públicas, Ana Paula Vitorino, reconoció que en caso de que se modifique el trazado previsto, el Gobierno luso se podría ver obligado a retrasar la apertura de la línea de alta velocidad. Fuentes de la secretaría de Estado confirmaron a EFE que Vitorino se ha mostrado preocupada por el posible retraso del AVE.

La intención gubernamental de concluir el proyecto en el plazo previsto fue ratificada por el primer ministro luso, José Sócrates, en la última cumbre ibérica, celebrada en enero pasado en Braga. Sin embargo, el administrador de la Red Ferroviaria de Alta Velocidad lusa (RAVE), Carlos Fernandes, advirtió la semana pasada en un seminario en Holanda, que si fuera necesario repetir para Beato-Montijo los estudios realizados para Chelas-Barreiro la línea se retrasaría al menos tres años.