La Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil colaborarán en tareas de vigilancia y de control de actividades en el río Guadiana, con el objetivo de evitar y de perseguir cualquier tipo de delito ecológico que se pueda cometer en la cuenca, en el ámbito de la provincia de Badajoz.

Enrique Calleja, presidente de la CHG, y Jaime Alejandro Maldonado, jefe de Zona de la Guardia Civil, firmaron ayer ante la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, un convenio que permitirá una colaboración más estrecha de la que ya mantenían. El objetivo es vigilar, inspeccionar y denunciar todo tipo de actividades ilícitas en relación con el río, como pueden ser apertura de pozos, extracción de áridos, vertido de aguas residuales, de escombros, uso de embarcaciones recreativas o construcciones dentro del dominio público hidráulico, en la llamada zona policía del río.

Mediante este convenio, la CHG se encargará de dar formación a los agentes del Seprona, 11 patrullas formadas cada una de ellas por cuatro miembros, y dos equipos de investigación que se encuentran en Badajoz, además de facilitarles una serie de medios materiales para que puedan desarrollar su labor en mejores condiciones.

INVERSION Para ello, la Confederación ha invertido 265.000 euros, destinados a la compra de seis vehículos todoterreno, seis remolques, seis embarcaciones del tipo zódiac, kits rurales y material de equitación y equipos complementarios, que pondrá a disposición del Seprona.

La labor de coordinación sobre el terreno entre equipos de la Guardia Civil y los 48 miembros de la Guardería Fluvial de la CHG –con 1.000 kilómetros cuadrados por persona para controlar– se llevarán a cabo a través de la Comisaría de Aguas y la Comandancia de Badajoz, siendo la CHG la que resuelva las inspecciones realizadas.

PLAGAS Calleja afirmó que entre las actividades que se intensificarán está el control de embarcaciones recreativas y deportivas en el río y en los embalses, poniendo énfasis en un problema como es evitar la propagación del mejillón cebra, que puede suponer una auténtica plaga, "aunque aquí aún no hay", dijo el presidente de la CHG.

La labor que se realizará será controlar que las embarcaciones no sean portadoras de esta especie, para lo cual se procede a una limpieza completa. E insistió en que "no hay ningún foco en el río Guadiana".

En cuanto al camalote, o jacinto de agua, desde que comenzó la plaga en el 2005, la CHG se ha gastado 15 millones de euros y se ha conseguido controlar, pues ha pasado de 1.000 toneladas al día que se llegaron a recoger, a 10 o 20 en la actualidad, con focos puntuales entre Medellín y el canal de Montijo.

Por otro lado, en el 2007, según datos de la Guardia Civil, en la cuenca del Guadiana, en la provincia de Badajoz, en el 2007 se hicieron 345 denuncias: 108 por vertido de aguas residuos y residuos sólidos, 81 por apertura ilegal de pozos, 62 por construir en la zona policía del río, 38 por uso indebido del agua, 22 por extracción de áridos, 13 por explotación ilegal de acuíferos, 5 por desviación del cauce y 16 por otras causas.