Las constructoras extremeñas se abren paso poco a poco en el complejo sector de las grandes obras públicas, copadas hasta hace no mucho por las grandes firmas nacionales como OHL, Ferrovial, FCC, ACS o Sacyr. De este modo, los concursos para las infraestructuras más voluminosas en términos de inversión –autovías y tren de alta velocidad, sobre todo– han dejado de ser patrimonio de unas cuantas empresas.

Nombres como Joca, Carija, AGG-Occidental, Magenta o Placonsa, entre otras, han comenzado a aparecer como adjudicatarias de grandes obras, bien formando parte de una Unión Temporal de Empresas (UTE) o en solitario, para demostrar que pueden competir ya en este sector y hacerlo con eficacia. Prueba de esta evolución son los casos de la Autovía de la Plata y el corredor de alta velocidad Madrid-Lisboa.

Así, en el trazado de la autovía que cruza Extremadura de norte a sur, con un recorrido de 299 kilómetros, las constructoras extremeñas apenas rascaron bola . Sólo en el primero de los tramos licitados, el Puerto de Béjar-Aldeanueva del Camino, hubo participación de una empresa regional, Magenta, que formaba parte de una UTE a la que se le adjudicó el trazado por 80 millones de euros.

Cinco años después, otra firma extremeña, Carija, conseguía, también en UTE, una adjudicación en el extremo sur de la autovía, el trazado Fuente de Cantos Sur-límite con Huelva, cuyo presupuesto rondó los 90 millones. Entre una y otra sólo consta la participación de Joca en el tramo Villar de Plasencia-Plasencia, con 47 millones de presupuesto.

 

LA AUTOVIA DE OHL En medio, 225 kilómetros y más de 700 millones de euros de inversión en los que ninguna firma regional fue seleccionada, decantándose las adjudicaciones del Ministerio de Fomento por grandes constructoras nacionales, especialmente OHL, la más beneficiada de largo.

Aquí, las extremeñas, que concurso tras concurso intentaban llevarse una parte del pastel, tenían que conformarse con ser luego subcontratistas, pese a estar demostrando ya su capacidad fuera de Extremadura.

En cambio, en la ejecución del AVE extremeño las tornas han cambiado. En este momento hay dos tramos en obras, Badajoz-Montijo y Montijo-Mérida, y en ambos hay participación extremeña. En el primero, de AGG, en UTE con GEA 21, que ejecuta una obra donde se invertirán 41 millones. En el segundo, de Joca, en UTE con Sarrion, con un coste de casi 58 millones de euros.

Estas dos adjudicaciones permiten aventurar que la participación extremeña en esta obra, la más importante que tiene la región en este momento, será bastante más relevante que en la autovía A-66.

 

AUTOVIAS EXTREMEÑAS Pero antes las constructoras extremeñas ya habían demostrado que podían asumir estas actuaciones. No en vano llevaron la voz cantante en la ejecución de las dos autovías autonómicas ya abiertas. En el caso de la Miajadas-Don Benito, con 83 millones de presupuesto, Gévora, Joca y Exconsa habían unido sus fuerzas a FCC para asumir el trabajo.

Mientras, la Navalmoral-Plasencia, que costó en total 130 millones, contó con la participación de las extremeñas Nicolás Sebastián, Nevado, Sendín, Extremadura de Construcción, Mimexsa, Magenta y Copernovex, así como de las nacionales ACS y Sacyr.

Pero no sólo ahí. Firmas como Joca han ganado licitaciones para hacer autovías en Avila, Granada, Málaga o Huesca, actuaciones del tren de alta velocidad en Alicante o Córdoba, u hospitales en Madrid mientras Fomento no las tenía en cuenta para sus obras en Extremadura.

 

TAMAÑO Y TECNOLOGIA ¿Qué ha cambiado para que en los últimos años las empresas extremeñas estén accediendo a estas licitaciones? Los constructores apuntan a dos cuestiones principales, como son el propio tamaño de las empresas, que ya les permite asumir los costes financieros que supone una obra cara y de ejecución larga, y el acceso a tecnologías hasta hace poco sólo al alcance de los grandes grupos.

De este modo, por ejemplo, desde Joca se apunta a la especialización como una de las claves. Este proceso ha venido tanto de la propia adaptación de las estructuras de producción como de la "adquisición de empresas con experiencia contrastada" como es el caso de Intervías, especializada en construcciones ferroviarias. Esto significa que la firma extremeña ya cuenta en su estructura con personal y medios para dar el salto a este tipo de infraestructuras que apoyen a su división de construcción.

Además, la firma presidida por Cayetano López ha buscado fuera de España nuevos mercados y posibilidades de incrementar la experiencia en determinados sectores. Éste es el caso de la entrada en Brasil para la construcción de gasoductos, en Marruecos para hacer depuradoras y redes de saneamiento y en Ucrania, donde Joca abarca todos los sectores tanto de infraestructuras de obra civil como de edificación con la vista puesta en las posibilidades de crecimiento potencial de un país que será en el 2012 sede de la Eurocopa de fútbol y necesita acometer grandes reformas.

En cuanto a Carija, su principal responsable, Roberto Vázquez, achacó el éxito en las licitaciones de grandes obras al "crecimiento natural a lo largo de estos años". Vázquez apuntó que este crecimiento no es sólo en volumen, es decir, en capacidad para financiar los costes de ejecución a lo largo del tiempo, sino sobre todo "en capacidad de adaptación a las tecnologías, que antes eran exclusivas de las grandes empresas y ahora se encuentran en el mercado a precios asequibles". Mientras, Benigno Orjales, gerente de AGG-Occidental, explicó que durante los últimos años las firmas regionales han experimentado "un saldo cualitativo muy importante" que las ha hecho cada vez más competitivas "y además con un enorme potencial de desarrollo de cara al futuro".

Este potencial va a ser el que, según confían las constructoras extremeñas, permita explotar las grandes oportunidades que se están generando con planes de inversión como el PEIT elaborado por el Ministerio de Fomento o, ya en el ámbito regional, los anunciados proyectos de la Junta para que se activen inversiones por 19.000 millones de euros en los próximos años.