El 2 por ciento de las aguas de la cuenca del Duero que no discurren por Castilla y León se lo reparten distintos afluentes de seis comunidades autónomas, una de las cuales es Extremadura. Robledillo de Gata (166 vecinos) y Descargamaría (300) son los dos únicos municipios de esta comunidad autónoma con aguas vertientes a esta cuenca a través del hermoso Valle de la Malena.

El Gobierno de Castilla y León sostiene que la cuenca del Duero es un elemento vertebrador y que "lo que discurre por la región debe ser competencia de la comunidad". Pero parte de las aguas que cruzan esta región lo hacen también por otras tierras. Es el caso de Descargamaría, pueblo de accidentado terreno cuyo término municipal es cruzado por numerosos arroyos que desembocan en el río Árrago, su principal arteria. También es el caso de Robledillo, conjunto histórico-artístico al sur del Valle del Árrago que hace frontera con la provincia de Salamanca y con la comarca de Hurdes.

Juan Carlos Matías, alcalde de Robledillo, está convencido de que "al menos las cabeceras de las cuencas son nuestras". Cuando se sube el puerto de Robledillo de Gata el viajero encuentra dos llanos y bajo la carretera, oculto entre la maleza, nace el Río Árrago. Una de las llanuras corresponde al Valle de la Malena, flanqueado por un arroyo del mismo nombre para los vecinos de Descargamaría, porque los de Robledillo prefieren llamarlo Regato de la Golosa. Este riachuelo nace en el término de Robledillo y sus aguas vierten hacia Extremadura.

El problema está en las aguas del llano, gestionadas por la Confederación Hidrográfica del Duero, que vierten a la presa de Irueña, provincia de Salamanca. El embalse se encuentra a unos 18 kilómetros al sur de Ciudad Rodrigo, sobre el río Águeda, un importante afluente del Duero.

"Me parece bien todo lo que se haga en defensa de nuestro territorio", dice Ángel García Luis, alcalde de Descargamaría.

Ambos municipios pertenecieron a la Diócesis de Ciudad Rodrigo y tienen sendas fincas de más de 1.000 hectáreas cada una en la provincia de Salamanca lindando con los pueblos castellanos de Robleda, Sahugo y Martiago. Tierra y agua se dan la mano, pero los alcaldes reclaman su parte de la cuenca por pequeña que sea.