Por un lado la buena noticia: las obras de mejora de la perrera municipal, esperadas durante seis largos años, comenzarán esta misma semana. Por otro lado el gran inconveniente: los ochenta perros que colapsan las instalaciones deben ser reubicados en hogares de acogida durante los tres meses que duren los trabajos. Por ello, la Asociación Cacereña para la Defensa de los Animales, gestora de las instalaciones desde hace años, ha iniciado una urgente y ardua campaña de sensibilización a través de internet encaminada a buscar casas de particulares y otros posibles espacios donde sus perros permanezcan bien cuidados. Este colectivo siempre sigue su principal máxima: no eliminar a ningún animal salvo en situaciones estrictamente necesarias.

La iniciativa se puso en marcha hace unos quince días, cuando llegó el aviso del inicio de las obras, y de momento ya han respondido hogares de Holanda, de Alemania, del Levante español y de Cáceres, así como protectoras del país germano y de Madrid. "El norte de Europa siempre nos da lecciones de solidaridad con los animales, y además esos perros se quedarán allí definitivamente", explica Juana García, presidenta del colectivo cacereño. Especialmente importante ha sido la ayuda comprometida por la Facultad de Veterinaria, que cederá a la protectora ocho perreras ahora vacías. "Va a ser nuestra salvación", comenta la responsable, muy preocupada por el problema que se avecina, informa El Periódico Extremadura.

Y es que, a tres días escasos del comienzo de las obras, todavía quedan unos 40 perros en el recinto sin un espacio asignado. "En Veterinaria no cabe todos, necesitamos la colaboración indispensable de la ciudadanía", insiste Juana García, que irá a diario con sus voluntarios a la facultad para atender personalmente a los animales allí acogidos. El problema estriba en la gran cantidad de ejemplares que se abandonan, y que la protectora recoge y cuida, ya que la perrera suele albergar ochenta inquilinos cuando en realidad caben sesenta. Además, solo tres personas voluntarias, junto con dos trabajadores municipales, acuden todos los días para pasearlos, curarlos, lavarlos y otras necesidades, es decir, para ponerlos a punto a la espera de posibles adopciones (se entregan vacunados y castrados).

La presidenta calcula que las obras habrán concluido a finales de enero, "porque la ejecución no es larga, pero se meten al medio las Navidades y otras fiestas", explica, asegurando que los animales podrán ser devueltos en cuanto se reabra el recinto, que tendrá la misma capacidad. "Y como siempre, reiteramos la necesidad de más voluntarios que puedan aportarnos algo de su tiempo", subraya la responsable.