"Hoy hace justo una semana que todavía tengo las ovejas muertas en mi finca, ya descompuestas y el señor del camión me dijo que a él le pagan para recoger animales muertos y no descompuestos", afirma indignado Juan Pedro Rodríguez, uno de los muchos ganaderos de Coria que sufren en la actualidad una situación de impotencia y desesperación desde que a principios de octubre su ganado ovino fuera afectado por la lengua azul. Rodríguez critica la tardanza con la que los responsables de la empresa Trasega -filial de Tragsa– llevan a cabo la retirada de las ovejas muertas de sus fincas. La empresa agraria, por su parte, declinó ayer pronunciarse.

Los ganaderos aseguran que la situación es insostenible. En toda la región hay 8.867 ovejas muertas, según los datos difundidos el lunes pasado por la Junta. Desde la zona de Coria critican que la recogida no sea diaria y temen que tener los animales muertos varios días en sus fincas les ocasione graves problemas sanitarios. "Me han dicho que vendrían hoy viernes, pero también me dijeron que vendrían ayer y si no se las llevan tendré que llamar a la Guardia Civil porque esto es un peligro de higiene y de salud", advierte Rodríguez, que ayer por la mañana aún tenía en su finca 40 ovejas muertas amontonadas, la mayoría ya en fase de descomposición. "Se me han muerto unas 80 ovejas, esto no cesa, cada día aparecen más por todos los lados", asegura. "Aquí no ha venido nadie, estamos abandonados", añade.

Una situación similar vive Pedro Pizarro. "Están tardando más de una semana en recoger los animales, cuando vienen están descompuestos y no se puede anotar la identificación individual de cada oveja porque es imposible encontrar los crotales", afirma. Esto les impide, según Pizarro, reflejar con exactitud el número de ovejas muertas lo que a la hora de recibir ayudas pueden verse perjudicados puesto que el número de bajas que quede reflejado por finca será inferior al real puesto que no aparecerán registradas aquellas que por su descomposición no se han podido identificar.

En su caso, "desde el lunes día 15 tengo amontonadas 50 ovejas muertas y ha pasado toda la semana sin que se las hayan llevado", señaló. Esta circunstancia se une a que los ganaderos no pueden retirar ni quemar los animales, ya que éstos deben ser retirados por la empresa encargada de trasladarlos al crematorio de Almaraz. "El olor es insoportable, la empresa debería de hacer una recogida diaria", señaló. Incluso hace unos días, los ganaderos tuvieron que cargar con palas los cadáveres descompuestos en el camión ante la negativa de los responsables de la empresa. "La situación ha llegado al límite", dicen. Por ello, hoy se reunirán en la casa de cultura a las 20.30 horas para convocar posibles actos de protesta.