Navalmoral de la Mata, julio de 2007. Dos hombres perdieron la vida hacia las 21.05 horas de la noche del 17 de julio al precipitarse al vacío el autogiro en el que viajaban, en el término municipal de Navalmoral de la Mata.

Uno de los fallecidos, Domingo Cordero Serradilla, de 53 años de edad y padre de familia, era natural de Talayuela y vecino de Navalmoral de la Mata. Era un hombre muy conocido en Navalmoral, ya que era propietario del restaurante Look, especializado en comida italiana y ubicado en la calle Puerto Carrales. Era instructor de vuelo y uno de los pioneros en vuelo en autogiro en nuestro país. El otro fallecido, Jesús Silvestre Gili Bonet, de 40 años de edad, era fontanero de profesión y bombero voluntario de la Generalitat de Cataluña. Se había desplazado desde su pueblo, Agramunt (Lérida) con la intención de poner a punto su autogiro, que había comprado en piezas a un proveedor canadiense.

El suceso se originó en las proximidades del campo de vuelo "El Polvorín", utilizado como pista de despegue y aterrizaje por los aficionados a los ultraligeros. El lugar en el que se produjo el accidente se encuentra a unos 1.000 metros de distancia del cementerio municipal en dirección Talayuela por el conocido camino de Los Palos. Los dos fallecidos habían subido al aparato por la tarde con la intención de probarlo en vuelo. Un compañero de las víctimas aseguró que el aficionado desplazado desde Cataluña pretendía que su colega de Navalmoral revisara su ultraligero.

Gili Bonet encargó las piezas a Canadá y se encargó de su montaje, algo que resulta habitual para abaratar el coste. Según explicaron sus familiares, adquirió el autogiro en el año 2005. Era el modelo RAF-2000 y decidió trasladarse a Navalmoral de la Mata para que Domingo Cordero, que tenía uno igual, se encargase de ultimar la colocación del rotor y las aspas, tal y como había hecho con el suyo. Por tanto, el aparato fue construido por el leridano a partir de un kit, algo que, no obstante, parece no guardar vinculación con el siniestro.

El vecino de Agramunt tenía excelentes referencias de Cordero y pretendía que le impartiera las prácticas para pilotar la aeronave siniestrada. Domingo Cordero era piloto privado desde el año 1979, tenía miles de horas de vuelo en autogiro y había montado varios comprados en kit. El autogiro RAF-2000 era cabinado con los asientos en paralelo.

EL ACCIDENTE 

Por motivos que se desconocen, cuando los dos ocupantes realizaban una maniobra, el autogiro se precipitó contra el suelo, provocó un fuerte impacto y comenzó a arder. Las víctimas quedaron carbonizadas dentro del aparato en medio de un gran amasijo de chatarra, según confirmaron los bomberos de Navalmoral de la Mata, que emplearon más de dos horas en la excarcelación de los cuerpos y la extinción del fuego que se originó en las inmediaciones.

Cuando se originó el suceso la visibilidad aún era buena y las condiciones de vuelo también. Un compañero de los fallecidos explicó que "se trata de un aparato muy seguro que planea aunque se pare el motor". Esta tesis no es compartida por otros profesionales que critican la poca estabilidad del modelo canadiense con el que se produjo el mortal accidente. Los expertos barajan la posibilidad de que el aparato hubiese perdido estabilidad durante el vuelo como consecuencia de un fallo técnico, provocando un impacto en el momento de intentar tomar tierra para aterrizar.

El juez de guardia se personó en el lugar del siniestro hacia las 22.15 horas y procedió al levantamiento de los cadáveres hacia las 23.00 horas. Al lugar del suceso se desplazaron tres camiones de los bomberos de Navalmoral de la Mata, dos ambulancias del 112 y Cruz Roja, y efectivos de la Policía Local y Guardia Civil de Navalmoral de la Mata, que montaron un dispositivo de seguridad y acordonaron la zona impidiendo el acceso, incluso a los periodistas. También estuvieron presentes el alcalde de Navalmoral de la Mata, Rafael Mateos, y los tenientes de alcalde José Demófilo Pascual y Jorge González Ibarzo. El alcalde lamentó el suceso y se sumó al sentimiento de dolor de los familiares de los fallecidos en nombre de la corporación municipal.

EXPERIENCIA

Domingo Cordero era uno de los pilotos de autogiros de mayor experiencia en España. Incluso el presidente de la Asociación Española de Amigos del Autogiro comenzó a volar con él. Gili Bonet pretendía, además de poner a punto su aparato, recibir clases de uno de los instructores más acreditados de nuestro país; pero la tragedia se interpuso en el camino de ambos y acabó con sus vidas sin explicación aparente.

El accidente fue presenciado por varios compañeros que se encontraban en las inmediaciones del campo de vuelo, que pronto se vio repleto de numerosos vecinos de Navalmoral. Pero lo peor es que en las inmediaciones del lugar del siniestro se encontraban el padre de Gili Bonet y el hijo de Cordero Serradilla, que presenciaron el accidente y no pudieron hacer nada por salvarles la vida. El padre del aficionado leridano sufrió una crisis de ansiedad y hubo de ser hospitalizado, aunque al día siguiente recibió el alta médica.

Pese al fuerte impacto, los cadáveres de los fallecidos quedaron en el interior del aparato, que provocó un incendio que obligó a los bomberos a refrescar el perímetro de la zona hasta la media noche. La autopsia a los cadáveres resultó complicada porque los cadáveres se encontraban carbonizados y resultó complicado averiguar quién era quién.

DESPEDIDAS DE DOLOR

Cientos de personas despidieron un día después a Domingo Cordero Serradilla. Vecinos de Talayuela, donde reside la mayor parte de su familia, y de Navalmoral de la Mata, donde regentaba un restaurante, participaron en el multitudinario funeral de despedida. Mientras, la Policía Judicial trabajaba en la elaboración de un informe, para lo que contaba con el testimonio de varias personas que presenciaron el accidente.

Los bomberos de Navalmoral confirmaron que el aparato cayó boca abajo y que los dos ocupantes llevaban puesto el cinturón de seguridad. Sin embargo, en lugar de estar situados en paralelo, los cadáveres estaban uno delante del otro, probablemente como consecuencia del impacto sufrido contra el suelo. Los dos cuerpos quedaron calcinados tras chocar el autogiro contra el suelo y producirse un incendio que, además de carbonizar el aparato, quemó una hectárea y media de pasto y 120 pacas de paja. Un testigo presencial relató a la Guardia Civil que tras el choque del aparato, al menos uno de los fallecidos se encontraba con vida.

Según varios expertos consultados, cabe la posibilidad de que el autogiro se diese la vuelta en el aire tras un movimiento brusco de timón.

El cuerpo sin vida de Jesús Silvestre Gili Bonet no pudo ser enterrado hasta dos días después. El funeral tuvo lugar a las 11.00 de la mañana del día 19 en Agramunt en un ambiente crispado por el dolor. Su familia recordó que el aparato había sido supervisado y contaba con todos los permisos necesarios. Su hermana dijo en el funeral que Jesús había muerto en una situación de riesgo, en las que tantas veces se encontraba inmerso por su condición de bombero.

EL AUTOGIRO DE JUAN DE LA CIERVA

El autogiro es una aeronave de ala rotativa, es decir, vuela como los aviones pero su ala es un rotor que gira por la acción del viento relativo que lo atraviesa de abajo hacia arriba y por tanto podemos considerarlo un híbrido entre el aeroplano y el helicóptero. Al igual que el aeroplano, su propulsión se realiza mediante una hélice, pero en lugar de alas, tiene un rotor como el helicóptero. Este rotor no está conectado al motor de la aeronave, por lo que gira libremente, «autogira», impulsado por el aire, generando así fuerza de sustentación. En el helicóptero, por el contrario, la propulsión y la sustentación se producen en el rotor que sí está impulsado por el motor.

El autogiro fue inventado por el murciano Juan de la Cierva, y desarrolló el rotor articulado del cual tomó su idea Igor Sikorsky para sus primeros helicópteros, pagando incluso la patente y los derechos de utilización al inventor español. En su primer vuelo el autogiro logró recorrer 200 metros en 1923 y más tarde, realizó el primer viaje entre aeródromos desde Getafe a Cuatro Vientos en 1924. Hay que destacar que De la Cierva nunca se interesó por los helicópteros, a los que consideraba demasiado complicados para volar y proclives a los accidentes, como la realidad se encargó en demostrar.

Según Fernando Roselló, piloto del Ejército del Aire y experto en autogiros, los modelos canadienses RAF-2000 como el siniestrado no cuentan con una superficie horizontal de cola, y han estado implicados en muchos accidentes inexplicables.

Como si de un fatal presagio se tratara, el experto Domingo Cordero escribió un artículo en la revista especializada Aviación Deportiva -que se reproduce como fichero adjunto- en el que se preguntaba por la necesidad de utilizar paracaídas en autogiro. Probablemente nunca pudo llevar a la práctica lo que defendió ante todos sus compañeros.