Los cuatro novillos de Victorino Martín, pata blanca, alargaron el último encierro de las fiestas de San Buenaventura 2007 hasta los cuatro minutos y treinta y tres segundos, aunque hasta que no pasaron veintiún minutos desde que sonó el chupinazo no entraron todos los bueyes de Enrique Serrano en la plaza de los toros. 

El quinto encierro de las fiestas patronales de Moraleja ha sido el más largo, tenso y emocionante de todos y estuvo protagonizado por los novillos de Monteviejo.

El mayoral de la ganadería ya advirtió, instantes antes de que comenzara el festejo, que se trataba de animales que se distraían durante el recorrido por lo que era importante que los mozos no citasen a las reses durante el encierro. 

La manada la encabezaron tres mansos y en una primera parte del trayecto los novillos cogieron velocidad aunque poco a poco se fueron quedando rezagados y cada vez más lentos se descolgaron de los cabestros. Incluso uno de los astados fue arremetiendo contra las talanqueras durante varios metros provocando nervios y miedo entre el público. Uno de los novillos entró en la plaza de los toros con los mansos pero el resto de los astados se quedó parado en la plaza de Colón durante varios minutos con la intención de darse la vuelta en algunos instantes.

Finalmente entraron en la plaza de los toros cuando se cumplió el tiempo de cuatro minutos y treinta y tres segundos. En ese momento, la organización cerró las puertas de la plaza para que los “victorinos” no se volvieran a las calles, lo que provocó que los otros tres mansos que quedaban se quedasen parados en la plaza de Colón.

En los siguientes dieciséis minutos los pastores intentaron meter a los novillos en chiqueros pero los animales se resistían, de hecho cuando el último animal estaba ya en el interior volvió a salir y abrió de nuevo la puerta. Finalmente, cuando habían transcurrido veintiún minutos y cinco segundos desde que sonó el chupinazo el restó de la manada entró en la plaza. 

Minutos después comenzó el festejo taurino infantil en el que participaron numerosos jovencitos. La manada formada por dos becerras y tres cabestrillos completó su recorrido en dos minutos y once segundos.